+FOTOS | Dani Alves desata la locura en un Morumbí a reventar
EFE
Día histórico para el fútbol brasileño en el estadio Morumbí de Sao Paulo. Ha vuelto el hijo pródigo más exitoso de todos los tiempos.
El lateral brasileño Daniel Alves, de 36 años y con 40 títulos en la mochila, fue presentado este martes en el feudo paulista ante más de 40.000 aficionados enloquecidos con la llegada del capitán de la selección brasileña, a quien ven como una suerte de «salvador».
La presentación fue «galáctica». Hubo fuego, ejercicios pirotécnicos, confeti y mensajes de apoyo, hasta del mismísimo Lionel Messi o Casemiro, para engalanar la llegada del exjugador de Sevilla, Barcelona, Juventus y París Saint-Germain e ídolo incuestionable en Brasil.
En la ceremonia estuvieron presentes el uruguayo Diego Lugano y Raí Souza, actuales miembros de la directiva del club, así como otros grandes nombres que han marcado la historia del Sao Paulo como Hernanes, Kaká y Luis Fabiano.
«Solo quería decirles que el Sao Paulo no contrató un jugador. Sao Paulo contrató un aficionado como vosotros», dijo el nuevo camisa 10 a una hinchada en éxtasis.
«Muchas gracias por la recepción. Basta de hablar y vamos a trabajar. Juntos», apuntó.
La gran fiesta, que ya empezó el lunes, cuando puso un pie en el aeropuerto de Sao Paulo, tuvo como momento cumbre cuando el veterano defensa se quitó las botas y las medias para pisar el escudo de su nuevo equipo y lo besó de rodillas. Las gradas del Morumbí retumbaban de emoción.
Muchos de ellos comprobaron este martes con sus propios ojos que el fichaje del capitán de la Canarinha no era una broma.
Alves recibió la camisa 10 de Kaká, dio una vuelta de honor con el uniforme blanco, negro y rojo, e hizo así realidad un sueño para él y para una afición que no celebra un gran título desde 2012, cuando Sao Paulo ganó la Copa Sudamericana.
Por el contrario, al lateral derecho le sobran y no para de sumar trofeos a su vitrina particular. El último que levantó fue el pasado julio, la Copa América de Brasil 2019, donde además fue nombrado el mejor futbolista del certamen.
Para entonces su contrato con el PSG se había terminado y ya era libre para negociar con cualquiera. Eligió, entre «muchas posibilidades», volver a su país natal, que abandonó en 2002 para firmar con el Sevilla y al que ha vuelto 17 años después de la mano del Sao Paulo, con el que estará vinculado hasta diciembre de 2022.
Su gran objetivo ahora es seguir ampliando su leyenda en la capital paulista para tener abierta la posibilidad de acudir al Mundial de Catar 2022. La afición le cree capaz de cualquier cosa.
«¡Bienvenido monstruo! ¡Ahora ayuda mucho al Tricolor! ¡Figura, figura!», exclama a Efe Jackson, de 23 años y quien ha salido hoy a las prisas del trabajo para acudir a la presentación del defensa.
«Nadie se lo imaginaba, y ahora está ahí, no tiene cómo volver y espero lo mejor de él porque ahora está en el mejor club de Brasil«, añade.
La maquinaria de marketing funciona ya a todo vapor en los alrededores del Morumbí. Las camisetas «pirata» de Alves se venden ya en todas las esquinas. El precio inicial es de 70 reales (17,5 dólares), pero regateando uno las podía comprar por 50 reales (12,5 dólares).
Familias al completo también se han acercado para recibir al jugador. Wendel de Oliveira espera en la fila para entrar al estadio junto con su esposa y su hijo de ocho años. Todos equipados con ropas del Sao Paulo e ilusionados hasta la médula.
«Esperamos que traiga títulos. Atravesamos una sequía y vamos a apoyarle para que traiga títulos. Es el mejor jugador, el que tiene más títulos y esperamos que traiga esa suerte para nosotros», apunta.
«Espero que su llegada sea muy buena para Sao Paulo. Espero que ahora vayamos mejor», agrega Sibeli, su esposa.
Mateus Rafael, de 16 años, no duda en calificarle como «el mejor lateral derecho del mundo», mientras que su compañero Felipe Silva, de 19, asegura que «la expectativa es muy grande» por «conseguir nuevos títulos».
Ambos coinciden en destacar que su presencia dará un «apoyo inmenso» al vestuario por su «humildad» dentro del campo y su gran «capacidad técnica».
Alves rechazó la etiqueta de «salvador de la patria», pero prometió «sacrificio, esfuerzo, entrega» y su «espíritu de campeón» para devolver al Sao Paulo a lo más alto.
En esa empresa le ayudará el español Juanfran, exjugador del Atlético de Madrid y también fichado por el Sao Paulo en un movimiento más que sorprendente.