+FOTOS| Batalla épica| Del Potro se impone a Nadal y buscará el oro en el tenis olímpico
Efe
No pudo encontrar Rafa Nadal la puerta a la final de los Juegos de Río en el cuadro individual, al caer contra Juan Martín Del Potro en un emocionante partido (5-7, 6-4, 7-6 (5)) resuelto en un tie break de locos, desfondados ambos jugadores, al límite. Sin poder aspirar al doblete de oros, tras ganar en dobles junto a Marc López, el español tendrá que conformarse el domingo con la pelea por el bronce ante el japonés Nishikori. El título olímpico se lo disputarán el argentino y Andy Murray, ganador en Londres 2012.
Los planes de Nadal se torcieron pronto, con espectadores aún por sentar. Falló su primer servicio en un arranque extraño, donde ya mostró la estrategia a seguir con el argentino. Movimiento para desgastarle y evitar sus terribles derechazos. Un remate fácil a la red le dio el break a Del Potro, sin haberse afianzado aún en la pista. El buen comienzo del español, por encima de su error en el servicio, le permitió resistir en el set, hasta devolver la ruptura en el sexto juego. Tomó impulso para adelantarse en el partido ante un rival subido a su poderoso saque, de los mejores del circuito en su momento. Cinco aces firmó en el primer set, insuficiente para frenar el impulso de Nadal.Los aficionados albicelestes sujetaron al hombre de Tandil, difícil siempre de descifrar su estado anímico por el gesto lánguido que le identifica.
No hay que fiarse de su mirada triste, porque el brazo derecho le arde a la mínima ocasión. De cero a 100 en una parpadeo. Así fue encauzando el set camino de la igualada, menos dinámico Nadal en el fondo, quizá cuidando sus cargadas piernas. Por táctica o falta de aliento se vio abajo tras el break en el tercer juego. Cuesta arriba otra vez, y la final menos cerca de lo que parecía minutos antes. La hinchada argentina brotó a la vez, menos bullanguera que el día anterior ante Bautista. Muchos estaban a esa misma hora un poco más arriba, en el pabellón de baloncesto viendo a su selección ante Brasil. En un saque, Nadal reprendió con la mirada a un espectador que se había carcajeado de su fallo.
Del Potro planeó desde el break del tercer juego hasta cerrar la manga a su favor. El empate forzaría el delicado estado físico de ambos, al límite tras una semana intensa de tenis. El español llegaba sin apenas preparación, apartado de la competición desde finales de mayo. Y su rival llevaba meses tomando poco a poco de nuevo la medida al circuito, después de estar el pasado año prácticamente en blanco por culpa de sus graves problemas en la muñeca.
Con el pase a la final y la medalla en juego, cada servicio era un suplicio para el sacador, bajo máxima presión a esas alturas. Temían la rotura cuando apenas había margen para la reacción. Los puntos se estiraban, la grada se ponía de pie por Nadal y Del Potro no bajaba el fusil. Deuces y ventajas disputadas, 1-1, 2-2, 3-3… sudor en la frente y tensión en las manos. Sacaron lo mejor que les quedaba en el repertorio estos dos agonistas de su deporte, de vuelta ambos de la tierra oscura de las lesiones y la frustración.
El español buscaba el break a la desesperada, gastando con demasiada alegría sus opciones de ojo de halcón, y Del Potro seguía dale que dale en el bombardeo. El apretado cuarto juego lo solventó en el deuce con un primer servicio bárbaro y después con otro ace desde su 1,90 de altura. Cualquier bola a mitad de la pista del argentino, era un puñal contra Nadal, contra las cuerdas en el quinto juego. Salvó dos bolas de ruptura y gritó con el puño en alto cuando más lucía su rival, suelto de brazos y sin dar síntomas de agotamiento. La fuerza mental del balear le hizo resistir en el pequeño Maracaná de Tijuca, pura atmósfera de Copa Davis. La gente entra y sale, de pie algunos, se sueltan gritos y por los vomitorios se cuela la escandalera de la plaza principal del Parque Olímpico. Hasta el graznido de una gaviota molestó un saque.
La tarde y el desgaste de los últimos días le cayeron sobre los hombros al español en el quinto juego. Perdió el saque y dejó la puerta abierta a la final a Del Potro, al que le costó un infierno entrar todavía. Regaló su ventaja al español en error que pudo ser gravísimo, porque ambos quedaron condenados seguramente al tie break más trascendente de su vida. Una final olímpica esperaba al otro lado. En la muerte súbita, igual de disputada que el resto del duelo, Nadal no pudo más, a pesar de sus asombros esfuerzos por seguir vivo cuando más KO parecía. Tendrá que motivarse ahora con la posibilidad de alcanzar el domingo el bronce. Sería una buenísima forma de cerrar también a sus Juegos.