Fin de semana con superluna
La Vanguardia
De sábado a domingo toca superluna. Fue un astrólogo quien comenzó a usar este término, que ahora también muchos utilizan popularmente en astronomía. Define los momentos en que nuestro satélite se encuentra en fase llena y cerca de su máximo acercamiento a la Tierra. Una coincidencia que se da entre 4 y 6 veces al año.
Como la órbita de la Luna es ligeramente elíptica, su distancia respecto a la Tierra puede variar desde los 406.000 km, en el apogeo, hasta unos 356.000 km en su paso por el perigeo o máximo acercamiento. Las dos cosas suceden una vez al mes. Esto tiene algunas consecuencias físicas sobre la Tierra, como las variaciones en los efectos de marea.
En el momento de una superluna, nuestro satélite se encuentra en su máximo acercamiento y además casi alineado con el Sol, de modo que la fuerza de la marea producida sobre la Tierra es superior. Aunque la diferencia puede ser de sólo unos centímetros en la mayoría de las costas, en ocasiones se ha intentado vincular el fenómeno de la superluna a algunos desastres naturales (como el terremoto y tsunami del océano Índico en el 2004), sin ninguna evidencia científica para ello por el momento.
¿Qué aspecto tiene una superluna?
Aunque no es fácil de distinguir, para el observador más atento será indudable que nuestro satélite es más grande y brillante que de costumbre. La Luna llena en el perigeo nos aparece un 14% mayor en diámetro y un 30% superior en brillo que cuando la observamos cerca del apogeo.
De acuerdo con la definición original, las tres últimas lunas llenas de este año 2016 serán superlunas. La primera de ellas se observará durante la noche de este sábado 15 de octubre al domingo 16. Pero la Luna llena más cercana al perigeo se podrá ver el 14 de noviembre. A tan sólo 356.500 km de distancia y con un diámetro aparente de casi 34 minutos de arco, no volverá a repetirse una situación similar hasta el año 2034, y de nuevo en el 2052.
¿Cómo podemos observarla?
Se trata de un fenómeno difícil de diferenciar a simple vista. De hecho, antiguamente los astrónomos usaban un instrumento llamado dioptría para medir las variaciones del diámetro angular de la Luna. Una buena manera de “capturar” la superluna es con una cámara fotográfica y un teleobjetivo. Podemos hacerlo en el momento de la salida de la Luna llena, coincidiendo con la puesta del Sol, y comparar la misma imagen realizada en sucesivas lunas llenas para darnos cuenta de los cambios aparentes en su tamaño.
En los primeros instantes de la noche, también podemos aprovechar para tratar de localizar algunos de los astros que serán protagonistas del cielo nocturno durante este otoño, como los planetas Venus, Marte y Saturno, que se esconden por el horizonte oeste a medida que la superluna se eleva sobre el este.