¡Feliz día del Maestro!, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
El 15 de enero se celebra el día del maestro, hay maestros de profesión y al mismo tiempo las mamás, los papás, los sacerdotes, las religiosas, todas las personas en posesión de poder son en cierta forma maestros, hoy lo dedicamos a los maestros de profesión, de esas personas que han aceptado el compromiso de trabajar, de luchar desde la base para despertar la conciencia de las personas, la conciencia social en busca de una sociedad cada vez más armónica, de participar en la construcción de una sociedad cada vez mejor y ser conscientes de la cantidad de cosas que pueden aprenderse de parte de los estudiantes, al mismo tiempo que uno les está enseñando.
Más allá de la transmisión de conocimiento, es ayudar a crear los valores eternos del ser humano, es el acompañamiento en el crecimiento, en la formación de la personalidad, en la capacidad de tomar decisiones. Ser maestro es fomentar la creatividad y la imaginación, es forjar el carácter, proporcionar herramientas para desenvolverse en la vida de manera que cada quien pueda tomar sus propias decisiones.
Ser maestro es saber que uno es un eterno estudiante, pues siempre hay algo que aprender, todo maestro está llamado a tener coherencia entre lo que es, lo que quiere y lo que hace. Quien piense que educar es solamente transmitir conocimientos y normas no debe ser maestro. Estar en un salón de clases todos los días es también ver a niñas, niños, jóvenes en situación de vulnerabilidad y sufrimiento, con problemas que no puedes resolver, pero al menos puedes aliviar. Ser maestro es aceptar el reto de contribuir al menos un poco en conseguir un mundo mejor, cada paso es un acto de valentía que requiere además de conocimiento del ser humano, la capacidad de dar cariño sincero, comprensión a los alumnos de manera de infundirles esperanza en un futuro deseable al enseñarlos a superar sus dificultades, sus miedos y a sentirse fuertes y capaces.
El maestro es un verdadero líder cuando incentiva a sus estudiantes para que descubran y aprovechen las oportunidades que pueden desarrollar. Cuando afianzan en sus alumnos valores y actitudes que favorecen el desarrollo de sus capacidades y habilidades, cuando identifican características personales, cuando ofrecen oportunidades para aprender del acierto, del error y en general de la experiencia.
Un maestro es un verdadero líder cuando plantea procesos de reflexión a sus alumnos, cuando está dispuesto a ser agente de cambio convirtiéndose en innovador, que demuestra su competencia modelando el camino de sus alumnos con su ejemplo de vida. El maestro líder es el que es capaz de estimular a sus alumnos a tener ideales altos, a trabajar por ellos y es capaz de acompañarlos en su proyecto.
El verdadero maestro cuida del desarrollo social, emocional y cognitivo de sus estudiantes, así como el papel que juegan los factores culturales y ambientales en sus posibilidades de aprendizaje y los afianza en los valores y principios del respeto a sí mismo, a los demás, de la solidaridad, de la ayuda mutua, de la comprensión y la compasión por el otro, de la necesidad de la propia superación personal con paz, libertad y justicia, entre todos, basándose siempre en el amor de los unos a los otros, esa es básicamente la forma en que Dios ideó para que construyéramos nuestras vidas amigos y con Dios ¡siempre ganamos!
