Fe y devoción | Conmemoran 411 años del Santo Cristo de la Grita - 800Noticias
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Pese a que este año quedó suspendida la peregrinación al Santo Cristo de la Grita y el culto público que congrega cada 6 de agosto a miles de feligreses en el santuario en honor al Patrono del Táchira, ubicado en La Grita, los fieles celebran con fe una de las devociones mas grandes del país que cumple sus 411 años.

El motivo que no permitirá efectuar la peregrinación ni las actividades religiosas se debe a la situación de la pandemia del Covid-19, sin embargo, este viernes se realizaron ofrendas y una misa a puerta cerrada en el templo parroquial ubicado en la población tachirense.

Monseñor Mario del Valle Moronta, Obispo de la diócesis de San Cristóbal, declaró que aunque muchas personas están decididas a ir,  «la recomendación y la petición de todo corazón es que permanezcamos en nuestros hogares».

«El Santo Cristo de la Grita es nuestro patrono, nos sostiene, y estamos seguros que muy pronto con su ayuda, pero con la colaboración de todos podremos salir de esta pandemia», finalizó Monseñor Moronta en declaraciones a la prensa Táchira.

La historia

La Historia del Santo Cristo de La Grita ha sido contada muchas veces, pero a pesar de ello, no está de demás recordarla, porque evoca los momentos más importantes de una gesta maravillosa. Es historia apasionante, cargada de un misticismo que se ha mantenido por casi cuatro siglos y medio como testimonio de fe de un pueblo, que como el nuestro, tiene profundas raíces en la religión católica.

Cuenta la historia que, en el año 1610, se produjo un gran terremoto que destruyó la población de La Grita, y como consecuencia de ello, los frailes Franciscanos se vieron en la necesidad de mudarse a una aldea de nombre Tadea. Formaba parte de la congregación un escultor llamado Fray Francisco, muy conocido por su piedad y la calidad de sus obras de corte religioso.

El fraile, impresionado por la fuerza letal de un movimiento telúrico, que en tan solo minutos destruyó el poblado, ofreció la elaboración de una imagen de Cristo Crucificado como protector de la nueva ciudad. Para su obra utilizó un tronco de cedro donde comenzó a esculpir una imagen de figura humana. A pesar de sus esfuerzos y conocimientos artísticos, no lograba dar el aspecto de Cristo Moribundo que quería. Fray Francisco, trabajó muy duro, por espacio de varios días, pero a pesar de ello, conseguir la figura tallada con la expresión deseada, le era esquivo y eso lo desconcertaba.

Una tarde en medio del cansancio, tras larga jornada de trabajo, el religioso hizo un alto en su delicada tarea para buscar ayuda en la oración y poder conseguir la inspiración y el camino adecuado y poder terminar la obra que había iniciado con gran devoción. Pasado el tiempo, en horas de la noche, se dirigía a sus aposentos cuando escuchó en su taller el golpear de las herramientas al contacto con la madera.  Alguien estaba trabajando y no tenía conocimiento de quien pudiera ser.

Sorprendido por aquello, cautelosamente, se acercó para atisbar por la puerta entreabierta y pudo observar una figura humana cubierta por en un haz de luz que se coló, cegándolo temporalmente. Maravillado comprendió que trataba de un acontecimiento milagroso y que sus plegarias fueron escuchadas.

A la mañana siguiente Fray Francisco contó a sus compañeros lo que había visto la noche anterior, y luego de las oraciones matinales, todos se dirigieron al taller a verificar. Para sorpresa se encontraron con la imagen terminada.

Fray Francisco estalló en llanto. Allí estaba el Cristo con los divinos rasgos que había imaginado y tenía previsto imprimir a su obra. Allí estaba el milagroso Santo Cristo de La Grita.

Es este, el inicio de una formidable historia que mantiene cautiva la fe y la creencia de una legión de devotos que cada día aumenta y año tras año, el 6 de agosto deja testimonio de fe.   

Con información de Diario de Los Andes, La Prensa Táchira