FAO: prácticas agrícolas llevan a desperdicio de alimentos en Latinoamérica
EFE
En Latinoamérica y El Caribe, donde 47 millones de personas viven con hambre, cada año se pierde o desperdicia un 15 % de sus alimentos, problema que radica en la en las condiciones de la labor agrícola en la región, donde hay mayoría de productores independientes y pocas asociaciones, según la FAO.
En ese sentido, el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en Brasil, Rafael Zavalla, explicó este miércoles a Efe que el desperdicio se encuentra en las poscosechas, donde frutas, verduras o legumbres se pierden por falta de mano de obra o precio.
«Este es un problema que presenta con los productores individuales. En la medida en la que haya mayores asociaciones, disminuirá», aseguró Zavalla.
Un ejemplo de ello es el continente europeo, donde las pérdidas y desperdicios de alimentos son mínimas, porque no existen productores independientes.
«Europa tiene grandísimos avances y las pérdidas allí son mínimas, porque tiene la infraestructura y porque trabajan asociados; allí no hay productores aislados», apuntó el experto.
De acuerdo con la FAO, solo con alimentos del comercio minorista (supermercados, ferias, almacenes, etc.), que se pierden o desperdician en la región se podría alimentar a más de 30 millones de personas, es decir, al 64 % de quienes sufren hambre en Latinoamérica y El Caribe.
Por otro lado, la falta de iniciativas para evitar las pérdidas constituye una gran laguna para la resolución de este problema que deben rellenar los gobiernos, las organizaciones y el sector privado a través de un trabajo conjunto y de un esfuerzo «genuino», para regenerar lo alimentos o para promover más precisión en la salida de los productos.
Para Zavalla, quien participa en el Primer Foro Regional del Pacto de Milán sobre Política de Alimentación Urbana, evento que se extenderá hasta el 31 de mayo en Río de Janeiro, iniciativas como los bancos de alimentos que funcionan en Colombia en busca de lograr acabar con el hambre en el país, deberían promoverse en otros países.
Estos bancos «promueven la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos y el mejoramiento de la Seguridad Alimentaria y Nutricional», por medio de alianzas con el sector público y privado, y personas naturales, de quienes recibe alimentos para distribuirlos luego entre poblaciones vulnerables.
Según la FAO, en el mundo se desperdicia entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano.
Esto equivale a cerca de 1.300 millones de toneladas, incluidos cereales (30 %), raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas (entre el 40 % y el 50 %), carne y productos lácteos (20 %) y pescados (35 %).
La FAO calcula que dichos alimentos serían suficientes para alimentar a 2.000 millones de personas.
El Pacto de Milán sobre Política de Alimentación Urbana fue firmado en octubre de 2015 en la ciudad italiana homónima y representa uno de los legados más importantes de la EXPO 2015, evento mundial cuyo tema fue «Nutrir el Planeta, Energía para la vida».
El objetivo de la iniciativa es crear una red de ciudades comprometidas con el desarrollo y la implementación de sistemas alimentarios sostenibles, y, por eso, el Pacto estimula el intercambio de ideas y de sugerencias sobre cómo abordar concretamente problemas comunes sobre temas que involucran alimentación.