Aunque los pacientes renales estaban siendo trasladados a la ciudad de San Cristóbal para sus diálisis, las condiciones de los autobuses, lo agresivo del tratamiento y los altos costos del viaje se convirtieron en un calvario para ellos y sus familias.

Dilia Guerra acudió al hospital de Guasdualito este jueves para solicitar respuestas sobre la operatividad de la unidad de diálisis. Alertó que la salud de su esposo «en este momento está muy deteriorada y por eso nos vemos obligados a llegar hasta las instalaciones del hospital José Antonio Páez porque necesitamos una respuesta urgente».

Guerra se quejó, a través de Radio Fe y Alegría Noticias, que «estamos viajando tres días a la semana a dializarlos a San Cristóbal y vamos en unas condiciones precarias, en una buseta que no tiene aire acondicionado, no tiene pasa brazos y no está apta para trasladar enfermos».
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