Fallece José Gregorio Hernández, por María García Fleury
Por María García de Fleury
José Gregorio Hernández, médico y educador ejemplar, murió a los 54 años arrollado por un automóvil el 29 de junio de 1919 en Caracas, en la zona de La Pastora, entre las esquinas de Amadores y Urapal, un día domingo.
José Gregorio se levantó como siempre a las 5 de la mañana, salió de su casa y se dirigió a la iglesia de la Divina Pastora para participar en la misa y visitar a algunos enfermos de la parroquia. A mediodía le avisaron que una señora estaba grave y salió a examinarla, se fue hasta la farmacia Amadores que era la más cercana para comprarle las medicinas necesarias y cuando fue a cruzar la calle por delante del tranvía que se encontraba detenido, un automóvil lo atropelló, el golpe le ocasionó la muerte. El propio chofer del automóvil lo llevó corriendo al Hospital Vargas, pero sus últimas palabras fueron «Virgen Santísima».
Se le hizo un juicio al chofer y existe una carta del primero de agosto del 1919 firmada por José Benigno y César Hernández, dos hermanos de José Gregorio que fueron al juez de primera instancia en lo criminal del Distrito Federal que estaba juzgando a Fernando Bustamante de 25 años, el chofer del automóvil.
Ellos dicen en su carta: «Bustamante, el conductor del automóvil que desgraciadamente produjo la muerte de nuestro inolvidable hermano, Hacemos constar que la familia Hernández no ha pedido que se castigué a Bustamante y no lo acusamos porque estamos convencidos de que fue un accidente imprevisto sin culpa de Bustamante, Dios en sus más altos designios, dispuso sin duda de que el Dr. Hernández falleciera del trágico e inesperado modo en que sucedió y nosotros nos conformamos con su soberana voluntad».
Terminan la carta los hermanos diciendo: «Creemos cumplir un deber de conciencia haciendo usted está manifestación, tenemos la convicción de que el doctor José Gregorio Hernández, desde la morada de los justos en que esperamos se encuentre su alma, aprobará nuestra conducta».
A su vez el abogado defensor de Bustamante el doctor Pedro Manuel Arcaya dice en un documento: «Dado el unánime aplauso con que fue recibida la sentencia absolutoria dictada en este juicio, se demuestra que mi defendido fue el instrumento inconsciente de una gran fatalidad, mejor dicho, víctima de ella junto con el propio doctor Hernández, porque si este perdió su vida grandes congojas y sinsabores le han sobrevenido a Bustamante desde aquel aciago instante, más él tiene tranquila su conciencia, todo fue obra de un azar funesto», y luego pasó a enumerar las conclusiones del expediente.
Esta fue la razón por la cual Bustamante estuvo apenas 8 meses preso, estas dos narraciones muestran el carácter comprensivo, solidario y conciliador del venezolano, los hermanos del atropellado a quien lo atropelló y el abogado defensor, doctor Pedro Manuel Arcaya, que no cobro nada por defender a Fernando Bustamante, lo hizo porque era un juicio de gran delicadeza para todo el país.
Luego de su muerte, la historias de Medicina venezolana lo bautizó como el Pasteur de Venezuela; José Gregorio supo unir ciencia, profesión ,vida diaria, amigos, supo unir a las personas porque buscaba la verdad, desarrolló un profundo amor devoción y entrega a la Virgen y a Dios, porque él sabía que con Dios siempre ganamos.
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