¿Existe relación entre ser altamente sensible y el TDAH?
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Aún queda un camino largo por recorrer. Incluso existe un subdiagnóstico. Pero mientras tanto, surgen preguntas e hipótesis respecto a si ser altamente sensible tiene relación con trastornos como el de déficit de atención e hiperactividad (TDAH).
Conocida también como sensibilidad al procesamiento sensorial (SPS), las personas altamente sensibles tienen una predisposición particular a sentirlo todo con mayor intensidad. Se trata de un concepto que cobró notoriedad hace algunos años y que fue creado por Elaine Aron. Pero profundicemos.
¿Qué es ser una persona altamente sensible (PAS)?
Las personas altamente sensibles se caracterizan por presentar una mayor percepción y estimulación neurosensorial y cognitiva. Por lo que están más despiertas a los estímulos.
Como su nombre lo indica, tienen una sensibilidad particularidad, captando cómo se sienten los otros, conectando con ellos de modo profundo y no superficial. Se trata de un rasgo de personalidad y no de un trastorno, una enfermedad o un defecto.
Incluso, bien gestionado, este rasgo puede convertirse en un beneficio. Permite empatizar y lograr un buen entendimiento de los demás.
Aún no es mucho lo que se conoce, sin embargo, se avanza en investigaciones. Las características más notorias de una PAS son las siguientes:
- Son intuitivas y detallistas. Capaces de captar aspectos que a otros se les pasan desapercibidos. Pueden interpretar y leer señales corporales y gestos que indican entre líneas.
- Pueden ser muy sensibles a ruidos fuertes o a habitaciones llenas de personas. Esto implica que, en algunos momentos, puedan sentir cierta saturación.
- Tienden a ser más reflexivos y analizar muy bien la información.
- Si bien no es una condición exclusiva, valoran la soledad.
La gestión de las emociones en las PAS
Al tratarse de personas que todo lo perciben en profundidad, muchas situaciones pueden afectarlas. Es decir, esa misma empatía y conexión que sienten puede resultarles perjudicial.
Habrá malestar, angustia y hasta depresión si no logran una gestión adecuada. Esto les impide avanzar con los propios sentimientos, comprometiendo su bienestar emocional.
¿Ser altamente sensible y TDAH? ¿Existe una relación?
En primer lugar, definamos qué entendemos por TDAH. Se trata de un trastorno que presenta conductas persistentes en las que prevalece la hiperactividad y la inatención, la dificultad para concentrarse, organizarse y realizar una tarea de manera sostenida en el tiempo.
Se reconoce como otro rasgo típico el hecho de que su umbral de sensibilidad es más bajo. De allí que se vincule la alta sensibilidad con el TDAH.
No existen investigaciones que afirmen que existe una relación directa entre ser altamente sensible y tener TDAH. Incluso, muchas personas señalan que una de las diferencias fundamentales tiene que ver con que las PAS sí son capaces de realizar una tarea y concentrarse en ella, a diferencia del TDAH.
En este último caso, quien tiene el trastorno de atención presenta dificultades para concentrarse. Aun cuando se encuentre en un sitio tranquilo.
Consejos generales sobre la alta sensibilidad
Algunas de las recomendaciones para las personas con alta sensibilidad y para su entorno son las siguientes:
- Trabaja sobre el autoconocimiento y sobre las emociones. De esta manera, poco a poco podrás conocer qué aspectos o situaciones te afectan más. Por ejemplo, puedes reconocer si ciertos estímulos te perturban más que otros.
- Es muy importante que pidas ayuda profesional si sientes que las emociones te desbordan.
- Cuida el descanso, durmiendo suficientes horas, buscando actividades para desconectar y distraerte. La meditación resulta muy útil.
- Aprende a poner límites a otros y a ti mismo. Comprende que no siempre puedes ayudar a todos ni estar disponible. Aprender a decir que no.
El entorno de una PAS debe evitar comentarios del tipo eres muy susceptible. Estas frases solo estigmatizan el rasgo.
Aportar información para promover el conocimiento
Tal como comentábamos al principio, aún no existe demasiada divulgación respecto a las personas con alta sensibilidad. Esto tiene dificultades en cuanto a su identificación.
Incluso, como vivimos en una sociedad que no termina de darle un lugar importante a la expresión de las emociones, ser altamente sensible se vuelve más difícil. Se las acusa de ser demasiado susceptibles o exageradas.
Sin dudas, conocer que se vive con cierta sensibilidad y con una percepción más fina y desarrollada de los sentidos les podría aportar a dichas personas mejores herramientas y recursos para no verse abrumadas. De modo que, cuando tenemos a alguien cerca que se implica demasiado o que se ve más afectado por determinadas situaciones, vale la pena preguntarse si es posible que presente características de la alta sensibilidad.