Estos son los riesgos de la dieta del huevo duro

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La alimentación es un factor clave a la hora de cuidar nuestra salud, una dieta sana y equilibrada puede ser esencial para sentirnos mejor y reducir el riesgo de desarrollar determinadas enfermedades -aunque no es el único elemento a tener en cuenta. La preocupación por llevar una alimentación saludable aumentó tras la pandemia, sobre todo en España, donde el 63% de los encuestados por la empresa de mercados de consumo NPD aseguraba que comería más sano.

Esta preocupación por la alimentación, aunque mayor, no es algo nuevo. Comer sano y equilibrado es bueno y es algo que todos sabemos, pero en ocasiones, los cantos de sirena de algunas dietas hacen que perdamos esto de vista y les demos una oportunidad, sobre todo cuando queremos perder peso y hacerlo en poco tiempo. Esto es lo que prometen algunas dietas milagro, como la del huevo duro, sin embargo, seguirlas puede suponer algunos riesgos de los que no siempre somos conscientes.

La dieta del huevo duro: 11 kilos en dos semanas

Esta dieta es una propuesta de la nutricionista estadounidense Arielle Chandler, quien ha publicado un libro explicando todo lo que hay que saber sobre ella. Se trata de reducir la ingesta de hidratos de carbono mientras se añaden huevos duros a todas las comidas del día, sumando así las proteínas de calidad de este alimento y aumentando la sensación de saciedad.

El huevo cocido iría acompañado de otros alimentos permitidos, como verduras y algunas frutas (las que sean bajas en hidratos), carnes y pescados. Permite también el consumo de agua, café e infusiones. Es una dieta baja en calorías y carbohidratos, con la que se ingieren unos 3 o 4 huevos diarios. Una persona sana puede comer hasta siete huevos a la semana sin que aumente el riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas.

El huevo es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico, con nutrientes de alta calidad y que contiene aminoácidos esenciales, así como grasas saludables. Aporta vitamina A, D, E, K y B12, y minerales como el hierro, el zinc, y el selenio; además, un huevo duro de tamaño mediano tiene unas 70 kcal (aproximadamente) y su alto contenido en proteínas hace que resulte un alimento saciante.

Este es un alimento ideal para incluir en nuestra dieta, pero ¿es adecuado para que esta se base principalmente en su consumo?

Los riesgos de seguir esta dieta

Conviene señalar que, en general, una dieta que promete ayudarnos a perder tanto peso en tan poco tiempo nunca es recomendable. Tampoco una que sea genérica y que no tenga en cuenta las circunstancias personales de cada cual, sus posibles enfermedades, gustos en la cocina o forma de vida.

Esta dieta, efectivamente, puede ayudar a perder peso, es baja en calorías y carbohidratos, lo que le ayuda a lograr su objetivo, pero lo hace basándose (principalmente) en el consumo de un solo alimento, lo que hace que no se consuman otros que el cuerpo también necesita. Debido a esta poca variedad en el consumo de alimentos se pueden llegar a sufrir deficiencias nutricionales. En este caso, la limitación de los hidratos suele traer asociada una mayor sensación de cansancio y falta de energía y otras consecuencias, como mal aliento o aumento de los gases.

Es cierto que con este tipo de dietas se pierde peso, sin embargo, esto no quiere decir que se esté perdiendo grasa, que sería uno de los objetivos. En general, suele perderse agua, pero también masa muscular. Esto no es lo adecuado, pues la masa muscular favorece la movilidad y proporciona fuerza, además, el tejido muscular necesita más calorías que el graso, por lo que nos ayuda a mantener nuestro metabolismo basal y evitar que este disminuya.

Efecto rebote en las dietas

Este tipo de dietas suelen resultar aburridas, porque se basan en el consumo de un alimento constantemente, restringen alimentos saludables, causan ansiedad y ponen de mal humor a quien las sigue, pero además, pasado el tiempo marcado para la dieta, se vuelve a la alimentación habitual, lo que hace que se recupere todo el peso perdido e incluso se gane un poco más. Esto es conocido como ‘efecto rebote’.

Esto sucede, entre otras cosas, porque al perder masa muscular, el gasto calórico basal disminuye, el cuerpo se ha acostumbrado a funcionar con menos y al aumentar de nuevo la ingesta de calorías, se queman menos de las que se consumen, acumulando grasa rápidamente.

Lo ideal no es hacer una dieta para perder peso en poco tiempo, lo mejor es ponerse en manos de profesionales que nos ayuden a cambiar nuestros hábitos, para convertir los cambios que hagamos en algo permanente en nuestras vidas, no solo cuidando nuestra alimentación, también todos esos otros elementos que son clave para nuestra salud.

Por 20minutos

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