«Escuché la voz de Jesús decir», un canto que nace del corazón

Muchos hemos escuchado la extraordinaria canción «I heard the voice of Jesus» (Escuché la voz de Jesús decir) en la voz de Turley Richards, un tema que nace del himno escrito por Horacio Bonard y que transmite un hermoso mensaje . Aquí te contamos la historia de este extraordinario tema.

El 19 de diciembre del año 1808, en Edimburgo, Escocia, vino al mundo Horacio Bonar. Nacido en el seno de una familia evangélica, Horacio, desde muy joven abrazó el cristianismo con mucho fervor, y fue a la mitad de su vida cuando compuso muchos cantos e himnos de alabanza a Cristo, siendo el más conocido «Escuché la voz de Jesús decir».

Bonar murió a los ochenta y un años, dejando una vida llena de virtudes y amado por todos. Pero la canción que compuso no iba a morir con él.

En 1941, cincuenta y dos años después de su muerte, nació en Charleston, Estados Unidos, Turley Richards. A los cuatro años, jugando con un amiguito recibió una flecha en un ojo y lo perdió.  Su padre, destrozado, y para que el niño tuviera algo en que entretenerse le compró una guitarra. De esa manera, siendo un adolescente ya Turley era magnífico con este instrumento.

A Richards lo sometieron a muchas operaciones pero cada vez que le quitaban las vendas, sólo veía oscuridad. Con todo, a los 15 años formó un grupo con sus amigos y amenizaban fiestas  y grabaron uno que otro sencillo.

En 1960, con 19 años habiendo recuperado más la visión, decidió irse a Los Angeles a probar fortuna como músico y cantante. Pero no tuvo éxito. En 1965 decide irse a Nueva York. Pero tampoco tiene éxito. Debe vender hasta su guitarra.

Un día, caminando por Nueva York, con 28 años apenas, y sintiendo que toda su vida sería un fracaso, pasó cerca de un salón evangélico donde estaban cantando el himno compuesto por Horacio Bonar más de cien años antes. Detuvo su marcha cuando escuchó que todos cantaban: «I heard the voice of Jesus say: come on to me and rest…».  Turley decidió entrar. Y sin que se lo pidieran, con sólo escuchar la letra, comenzó a acompañarlos con la guitarra. Es a partir de allí que esta extraordinaria canción se hizo popular, no solo por la hermosura de su letra, sino también por la armoniosa interpretación de Turley Richards.