Errores comunes al aplicar crema facial
Si preguntamos a cualquier mujer -y cada vez a más hombres- cuál es el cosmético que no puede faltar en su neceser, sin duda, en los primeros lugares, siempre aparece la crema hidratante. Está claro que nos preocupa frenar la aparición de las huellas del paso del tiempo, y la hidratación es el paso más importante.
Pero tal vez no estés sacando todo el partido a tu crema hidratante. Para José Luis Cerrillo, Director de Laboratorios Válquer, los consumidores siguen teniendo algunas ideas equivocadas de lo que sería un correcto cuidado facial, que les alejan de que éste sea perfecto.
¿Cuáles son esos errores?
-No limpiar correctamente el rostro antes de aplicar el tratamiento.
Para que una crema funcione es indispensable que la piel esté limpia. Se trata de que no exista ninguna barrera entre el tratamiento y el rostro, que pueda contaminar el producto o hacer que éste pierda eficacia, al no facilitar su absorción completa. Lo ideal sería utilizar productos específicos de limpieza e incidir en este aspecto sobre todo al final del día.
-No por echar mucha crema, funciona mejor.
“Aplicar demasiado producto de una sola vez no quiere decir que se vayan a conseguir efectos más rápidamente. Lo ideal es elegir la cantidad justa para que se absorba con facilidad, y esta cantidad justa dependerá por supuesto del tipo de piel, si es grasa, si es seca, de la edad… etc”, afirma José Luis Cerrillo. Poner un exceso de crema sobre el rostro es además de poco práctico, un error que además de ser molesto, tapona los poros y provoca brillos en la piel, normalmente debido a una superhidratación momentánea.
-¡Ojo con la piel del contorno!
La piel del contorno de los ojos no tiene nada que ver con la del resto de la cara, por lo que un error es usar la misma crema que para el resto del rostro. Esta es más fina y tiene más tendencia a las arrugas, por ello necesitan cremas más ligeras que se absorban rápido.
-Frotar la piel, especialmente el contorno de los ojos.
La forma en la que se aplica la crema influye, ¡y mucho! Al hacerlo, muchas personas aplican con excesiva presión el producto y en sentidos poco ortodoxos. Según José Luis Cerrillo, “lo conveniente es realizar un suave masaje en el rostro, siempre desde dentro hacia afuera, y en la zona del contorno de ojos desde fuera hacia adentro; siempre en un único sentido. Del mismo modo se recomiendan pequeños toques ya que frotando con cierta presión, se podrían desplazar los tejidos y a la larga perderíamos elasticidad. Este punto también es importante al secarnos la piel, lo ideal es secar a base de pequeños toques en el rostro”.
-Elegir el cuidado en función de la experiencias de los demás.
No lo olvides: cada piel es distinta y tiene unas necesidades diferentes. Al elegir cremas, muchas personas se dejan llevar por resultados que el cosmético ha tenido en otros, pero que no tienen porqué ser iguales en uno mismo. Hoy en día existen gran cantidad de productos, e incluso la posibilidad de hacer cremas personalizadas, por ello más conveniente es contar con el asesoramiento experto, para elegir el cosmético en función de las características de nuestra piel, o los signos que debamos tratar.
-Abandonar el protector solar cuando se acaba el verano.
Que la crema facial tenga protección solar es indispensable en todas las épocas del año, pero muchos lo abandonan cuando acaban los meses de más calor. El sol incide y provoca daños en nuestra piel en todas las épocas del año. La elección del factor de protección dependerá de nuestro fototipo de piel, pero conviene que, aunque mínima, la crema de día siempre lleve protección FPS.
-No ser constante.
Como para casi todo en lo relacionado con la belleza, hay que ser constante si se quieren obtener resultados. Los cuidados deben ser diarios, por ello incide en que “hay que entender la aplicación de cremas o tratamientos faciales de la piel como un ritual de belleza y salud que nos permite relajarnos y dedicarnos un momento para nosotros cada día”.
Fuente: Hola