Encuentran sustancias dañinas y «fantasmas» en el agua potable de Chile
EFE
Un equipo de investigadores de la Universidad Católica (UC) de Chile encontró la presencia de perclorato y clorato, unas sustancias «dañinas» para la salud, que se caracterizan por ser «fantasmas», al no verse ni olerse, y que identificaron en el agua potable del norte del país.
Los investigadores desconocen el «impacto» que estos contaminantes tienen sobre la población pero consideran que su identificación es un primer paso para el control de estas sustancias, catalogadas como «perjudiciales», según informó este lunes la UC en un comunicado.
El equipo identificó estos agentes en el agua potable en el norte del país, en concreto en las ciudades de Copiapó, La Serena y Coquimbo, aseguró Ignacio Vargas, el ingeniero académico que lideró la investigación.
«Después de tres años de trabajo en Chile, tenemos pruebas de la ocurrencia natural de estos contaminantes en niveles muy superiores a las recomendaciones internacionales, como las de la agencia de protección ambiental de los Estados Unidos», aseveró Vargas.
El perclorato y el clorato son dos sustancias que pertenecen a los «contaminantes emergentes» y su presencia está vinculada «al uso de combustibles, explosivos, fertilizantes y herbicidas».
Estos agentes no son identificados regularmente por las autoridades del país -su control aún se está estableciendo en todo el mundo- y deambulan como «fantasmas» en el agua potable al no reconocerse sin un análisis del líquido.
Los investigadores chilenos desconocen el «impacto» real sobre la salud de las personas que los ingieren de forma habitual, pero aseguran que son «dañinos».
De hecho, tras dos décadas de estudios, la agencia de protección ambiental de Estados Unidos publicó en mayo pasado una propuesta de regulación para el perclorato, al haberse hallado como «perjudicial para la salud de las personas incluso en bajas concentraciones».
En un laboratorio de la misma Universidad Católica, el equipo a cargo de la investigación empezó a desarrollar un tratamiento del agua contaminada mediante microorganismos capaces de eliminar estas sustancias.
«La mayor parte de los esfuerzos invertidos en el proyecto apuntan a la búsqueda de soluciones biotecnológicas que complementen los sistemas actuales», sentenció Vargas.