En la Semana del Abrazo en Familia, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Estamos en la semana de la familia, propiciada por la pastoral familiar de la Conferencia Episcopal Venezolana, pero ¿por qué animar a que los miembros de la familia se abracen?, muy sencillo, porque un abrazo fomenta la autoestima, permite compartir vivencias y momentos gratos, además de mostrar apoyo en tiempos difíciles, el simple acto de abrazar a una persona estimula la producción de una serie de hormonas que brindan bienestar como la oxitocina, la serotonina, la dopamina. Por si fuera poco, la acción de abrazar eleva la producción de glóbulos blancos y tu organismo por lo que se fortalece el sistema inmune.
En estos tiempos tan difíciles donde todos corremos tanto y andamos apurados, esta semana del abrazo en familia sirve para buscar el reencuentro familiar y la expresión de amor y cariño hacia las personas más allegadas. Los abrazos son una de las expresiones amorosas más importantes en nuestra vida, no solamente porque demuestran cariño sino porque acercan unos a otros, demuestran apoyo, solidaridad, brindan la sensación de protección, demuestran afecto, aprecio, estima, reconfortan independientemente de si la persona está triste o no y además tiene el poder de sanar las heridas emocionales, por eso los abrazos son más necesarios de lo que se puede creer, sobretodo en familia.
Muchas veces damos por sentado las cosas porque creemos que por ser sencillas no necesitan mayor cuidado, pero por muy sencillos que sean los gestos, es necesario cuidarlos, mantenerlos, promoverlos. Hay quienes piensan que dar un abrazo es para un momento especial, pero les pregunto ¿Por qué no creamos nosotros mismos esos momentos ideales y de esa forma hacernos la vida más bonita? ¿Para qué reservar las palabras, el cariño y las acciones positivas?, en este sentido se aplica muy bien el dicho «no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy».
Cuando en una casa hay libertad para expresarse los vínculos son más sanos y las relaciones se desarrollan de una manera mucho más positiva y espontánea. En general en un día normal en la mañana todos amanecen apurados para vestirse, arreglarse y después al trabajo. Mientras unos corren de un lado para el otro otros optan por desayunarse de pie al mismo tiempo que procuran hacer otra cosa.
Al llegar la noche cada uno se encierre su mundo debido al cansancio y nadie se acerca más que para lo justo, puede que incluso se envíen las buenas noches a través de una red social. Esa rutina día a día hace que en el mejor de los casos, los besos se lancen desde la distancia y las frases como «que tengas un buen día», «te quiero», simplemente se ahoguen. Por otra parte, en el peor de los casos, simplemente el silencio y el distanciamiento como de respeto.
Amigos, si nos acostumbramos a este tipo de tratamiento, poco a poco dejaremos que saber cómo demostrar afecto o incluso no nos atrevemos a intentarlo; recuerda que tú puedes mejorar el día de otras personas con tan solo un abrazo
Esta semana del abrazo en familia invita a los matrimonios, a los padres, a los hijos a volverse a ver para darse un sentido abrazo. Dar abrazos a menudo no quiere decir que seamos melosos o que queremos crear dependencia emocional; al contrario, se trata de potenciar lo mejor de cada uno de nosotros y crear vínculos sanos porque así lo quiere Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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