En el cumpleaños de San Juan Pablo II, por María García de Fleury
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El 18 de mayo recordamos el cumpleaños de San Juan Pablo II, su mamá Emilia Kaczorowska tenía una salud delicada, estaba casada con Karol Wojtyła y tuvieron tres hijos: Edmundo, el mayor, luego Emilia que solo sobrevivió pocas semanas por las malas condiciones de vida producto de la Primera Guerra Mundial. Con casi 40 años y su salud empeorada, salió de nuevo embarazada y le recomendaron que abortara, Emilia se negó rotundamente y lo mismo su esposo. El 18 de mayo de 1920, cerca de Cracovia en Polonia, nació sano y fuerte un niño varón, Karol y lo primero que escuchó fueron las letanías de la Vírgen, que se estaban cantando en la iglesia de al lado.
Todos los llamaban «Lolek» y hablando de sí mismo dijo «Todavía no he hecho mi primera comunión cuando perdí a mi madre, apenas tenía 9 años», de ahí en adelante fue creciendo bajo la amorosa guía de su padre por eso escribió «Las palabras de mi padre jugaron un papel muy importante porque me encaminaron a convertirme en un verdadero adorador de Dios» y agregó el que luego fue Juan Pablo II, diciendo «Mi padre era un hombre profundamente religioso, día tras día pude observar la forma aústera en que vivía, su ejemplo fue en cierto modo mi primer seminario, una especie de seminario doméstico».
Karol era un joven vivante, estudioso, atlético, se destacó en los deportes incluídos el fútbol y el ski de nieve, además fue un talentoso intérprete teatral. Su gran amor por el teatro lo llevó a considerar seriamente convertirse en actor, participó en diversas producciones teatrales locales y cofundó el Teatro Rapsódico de Cracovia. Asistió a la Universidad Jagellónica de Cracovia en 1938 donde estudió polaco, lenguaje, literatura, teatro y poesía. En ese tiempo cuando conoció a su mentor espiritual, Jan Tiranowsky y conoció el misticismo carmelita de San Juan de la Cruz, este encuentro cambió profundamente el curso de su vida llevandolo al sacerdocio, sin embargo sus estudios fueron interrumpidos cuando, durante la Segunda Guerra Mundial, a la Alemania Nazi invadió Polonia en septiembre de 1939 y para permanecer en el país, Karol se vió obligado a trabajar en una cantera de piedra y en turnos nocturnos en la Planta Química de Solvay.
El padre de Karol falleció de un infarto en 1941, al año siguiente Karol comenzó sus estudios de teología y se vió obligado a esconderse en 1944 después de una represión contra la enseñanza religiosa, sobrevivió miligrosamente al atropello de un camión alemán, a través de todo esto fue madurando su vocación y la formación de su identidad sacerdotal. Karol ingresó en un seminario clandestino dirigido por el Cardenal Sapieha y fue ordenado sacerdote el día de la iesta de todos los santos de 1946, viajó a Roma para continuar sus estudios de doctorado y a su regreso a Polonia, fue nombrado vicario asistente de una parroquia en Niegowic, diez años después en 1964 fue electo Arzobispo de Cracovia, tres años después era Cardenal y el 16 de octubre de 1978, fue elegido Papa y tomó el nombre de Juan Pablo II.
Su legado doctrinal es uno de los más ricos en la historia de la iglesia, custodió incansablemente los errores del depósito de la fe y la tradición de la iglesia la promovió buscando la auténtica doctrina teológica moral y espiritual, se convirtió en uno de los rostros más familiares del mundo y se ganó la reputación de «Luchador Internacional por la Libertad» porque a lo largo de su vida supo que con Dios ¡Siempre ganamos!
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