El rey de los JJOO es un codiciado panda de hielo
EFE
30 días. Ese es el largo plazo de espera que fija la tienda oficial de los Juegos Olímpicos de Invierno para recibir en casa los artículos de la mascota olímpica Bing Dwen Dwen, un simpático oso panda recubierto de un traje de hielo que ha desatado un auténtico frenesí consumista en China.
En plataformas de comercio electrónico como Tmall, cada cliente solo puede reservar un máximo de dos artículos de la mascota, con lo que coleccionistas y especuladores han visto limitadas sus opciones de acaparar las compras de tan ansiada figurita, aunque hay algunos dispuestos a esperar horas de cola para hacerse con él.
Esta semana, pese a las bajas temperaturas, cientos de compradores aguardaban filas de hasta 300 metros para acceder a la tienda oficial de los Juegos en la ajetreada calle peatonal de Wangfujing, en el centro de la capital china.
También en los portales en los que se venden artículos de segunda mano está siendo protagonista, vendiéndose al triple de su precio original, hasta el punto de que asociaciones de consumidores de algunas provincias han recomendado a la sociedad que mantenga «la cabeza fría» y que se ciña a un «consumo racional».
Y quien no puede conseguirla, opta por dibujarla o fabricársela por sus propios medios y compartir los resultados en las redes sociales recibiendo comentarios de todos los gustos.
Una demanda desbordante
En realidad, los artículos con la imagen de la mascota llevan a la venta unos dos años, aunque hasta ahora habían pasado relativamente desapercibidos entre los chinos.
Hoy, algunos recurren a contactos que puedan tener acceso privilegiado a la codiciada estatuilla: «Numerosos conocidos han contactado conmigo con la esperanza de que pueda conseguirles un Bing Dwen Dwen desde dentro de la burbuja olímpica», asegura a Efe Eduardo, pseudónimo de un integrante del circuito cerrado en el que atletas y trabajadores de los Juegos permanecen aislados de la población.
Eduardo achaca el éxito de Bing a las redes sociales: «Supongo que alguien enseñó su figurilla en Weibo -el Twitter chino- y a partir de ahí se prendió la mecha», pero declina aclarar si puede o no hacerse con los artículos para «no perder acceso a ellos».
Y es que ha sido el comienzo de los Juegos Olímpicos el pistoletazo de salida al frenesí consumista por la mascota que, además de la ternura que pueda despertar su diseño, tiene como gran baza su valor conmemorativo: «Pekín se ha convertido en la primera ciudad en organizar Juegos Olímpicos de Verano y de Invierno, por lo que sus recuerdos tienen una alta carga simbólica», explica a la prensa local el profesor de la Academia de Cine de Pekín Zhang Jie.
Para satisfacer la creciente demanda, las empresas que fabrican los artículos oficiales de los Juegos -29 en total- han vuelto al trabajo antes de lo previsto tras el parón por el Año Nuevo lunar.
Algunas, como Yuanlong Yatu, ya han anunciado que su volumen de ventas desde el 4 de febrero, día de la inauguración de la cita olímpica, superó con creces al de los dos años anteriores.
La fiebre por Bing Dwen Dwen, cuyo nombre se podría traducir como «niño gordito adorable de hielo» llegó hasta el mercado bursátil: este lunes, el valor de las acciones de Yuanlong Yatu crecieron a tal velocidad que el parqué tuvo que aplicar una regla reservada a situaciones de volatilidad financiera con la que se restringen al 10 % las subidas en una misma jornada.
Una ofensiva de «Soft Power»
El éxito de Bing Dwen Dwen, obra del diseñador Cao Xue, cuyo proyecto se impuso entre 5.816 candidatos, se ha convertido también en uno de los mejores embajadores de los Juegos, ensombrecidos a raíz del boicot diplomático encabezado por Estados Unidos a cuenta de presuntos abusos de los derechos humanos que China niega.
Aparte de las medallas, los atletas que suben al podio en esta cita olímpica reciben una versión de peluche de la mascota engalanada con una corona dorada de laurel para disparar la proyección del simpático panda durante las retransmisiones, especialmente cuando son grandes estrellas las que posan con él, como hizo la esquiadora chino-estadounidense Eileen Gu.
China incluso ha llevado imágenes de Dwen Dwen al espacio exterior. Acompañado por su homólogo Shuey Rhon Rhon, mascota de los Paralímpicos, estuvo a bordo de las sondas Chang’e 5 y Tianwen que exploraron la Luna y Marte, respectivamente, en los últimos dos años.
Su popularidad contrasta con la de Shuey Rhon Rhon que, con la forma de un tradicional farolillo rojo chino, todavía no ha alcanzado la popularidad del panda, si bien podría tener su momento de gloria cuando se acerque la inauguración de la cita paralímpica, el próximo 4 de marzo.