El Pesebre, por María García de Fleury
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Los pesebres tienen como objetivo llevar a las personas a Cristo, a imaginarse cómo fue ese momento tan especial. San Francisco de Asís, el primero que hizo un nacimiento viviente en la Navidad de 1.223 estaba débil y enfermo en ese tiempo y quiso celebrarla de una manera muy especial. Habló con un amigo dueño de un pequeño bosque en las montañas de Gretchu en su país, Italia y en el bosque había una gruta que a Francisco se le parecía mucho a la colvita donde nació Jesús en los campos de Belén.
Escogieron a algunas personas para que representarán a María, José y los pastores, y siguiendo el relato del Evangelio de San Lucas, prepararon en secreto la escena de nacimiento. Hasta consiguieron un bebé para que representará a Jesús.
San Francisco invitó a todo el pueblo diciéndoles que iban a vivir un momento muy especial esa noche del 24 de diciembre y les explicó dónde deberían ir. Era una noche oscura y fría, y todos fueron con antorchas encendidas. Cuando llegaron al lugar quedaron tan admirados que cayeron de rodillas. Era como si el tiempo hubiera retrocedido muchos, muchos años y se encontraron en Belén celebrando la primera Navidad de la historia.
María tenía a Jesús en sus brazos y José muy entusiasmado conversaba con un grupo de pastores que no se cansaban de admirar al niño que acababa de nacer. Luego, un sacerdote amigo de Francisco celebró la Santa Misa y Jesús se hizo presente en el pan y el vino consagrados como pasa cada vez que se celebra una misa.
Al terminar la eucaristía, Francisco lleno de amor y de alegría le contó a todos con lujo de detalles la historia de la Navidad y Jesús luz del mundo llenó sus corazones de paz y de amor.
Francisco de Asís murió tres años después dejándonos esta hermosa costumbre de hacer el pesebre todos los años. De allí en adelante se comenzaron a hacer figuritas que representaban a San José, la Virgen, el niño Jesús, la mula, el buey, y muchos colocan pastores con sus ovejas que fueron a verlo esa noche e incluso algunos añaden a los Reyes Magos.
Esto le da toda una visión clara evangelizadora de cómo entró el Salvador del Mundo a la tierra.
El pesebre se ha convertido en el símbolo más representativo de la Navidad. Sobre una cuna descansa la imagen de Dios niño, a su alrededor, ovejitas, la mula, el buey y a los costados la virgen María y San José.
El nacimiento es como un evangelio vivo que surge de las páginas de la Sagrada Escritura. La contemplación de la escena de la Navidad invita a ponernos espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre y a cada mujer.
Hagamos con todo respeto y devoción el nacimiento en nuestras casas, en los lugares de trabajo, en las escuelas, en los hospitales, en las cárceles, en las plazas. En todas partes un nacimiento debe ser lo mas reverente posible por que representa ese momento trascendental del nacimiento del hijo de Dios y lleva nuestras raices, a lo escensial, a lo que verdaderamente es.
El Nacimiento deja ver lo que tenemos en nuestro corazón. Prepara tu nacimiento con dulzura, con entusiasmo, que sea una imagen que invite a ver y saber que estamos preparandonos para la venida de nuestro salvador por eso decimos muchas veces en la epoca de adviento «ven señor Jesús», por que él es Dios y con Dios siempre ganamos!