El Papa aprueba el milagro que permitirá canonizar a la beata Nazaria Ignacia
EFE
El papa Francisco ha reconocido el milagro que consentirá canonizar a la beata española Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús, fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras Cruzadas de la Iglesia, informó hoy la Santa Sede.
Beatificada en 1992 por el papa Juan Pablo II, su canonización es muy esperada especialmente por parte de la Iglesia católica boliviana, pues fue en este país donde desarrolló gran parte de su obra.
El Vaticano explicó en un comunicado que el papa aprobó este milagro en una audiencia que mantuvo el viernes con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato.
Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús nació en Madrid (España) el 10 de enero de 1889 y murió en Buenos Aires (Argentina) el 6 de julio de 1943.
En 1908, ingresó en las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de México, hasta donde se había trasladado con su familia por motivos económicos, y en 1912 fue destinada a Oruro, en Bolivia, donde se dedicó durante 12 años al cuidado de los ancianos.
El 16 de junio de 1925, dejó las Hermanitas para fundar la congregación, y en febrero de 1927 se declaró erigida canónicamente la Congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia.
A partir de la fundación de la orden, el trabajo de Nazaria Ignacia y de las primeras misioneras fue incansable y se desarrolló sobre todo en la periferia de Oruro y en las zonas mineras rurales.
Una de las hazañas de la española fue organizar en 1933 a las mujeres de los mercados y comercios orureños para formar el que fue el primer sindicato obrero femenino de Bolivia.
Fue en junio de 1947, cuatro años después de la muerte de Nazaria Ignacia, cuando el Instituto recibió la aprobación definitiva de las Constituciones y el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia.
En vida, desempeñó una labor misionera en países como Bolivia, Uruguay, España y Argentina, donde falleció en 1943.
Sus restos fueron trasladados a Oruro en 1972 y desde entonces permanecen en esa ciudad boliviana, como lo pidió Nazaria Ignacia antes de morir.
Es considerada una visionaria para su época, ya que postulaba que la Iglesia católica fuera al encuentro de la gente tres décadas antes de que el Concilio Vaticano II lo planteara, tal y como señaló el pasado año a Efe en Bolivia el politólogo Carlos Cordero, devoto de la religiosa.