El Papa advierte a la Cumbre Mundial del Gobierno que no hay desarrollo sin solidaridad
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El papa Francisco cree que «no se puede hablar de desarrollo sostenible sin solidaridad», en un mensaje enviado hoy a los asistentes a la Cumbre Mundial de Gobierno en Dubái, a quienes instó a reflexionar sobre el futuro del mundo.
El pontífice se dirige a ellos en un video para apuntar que en estos días los participantes abordarán «temas fundamentales» como los retos de la política, el desarrollo de la economía, la protección del medio ambiente o el uso de las nuevas tecnologías.
«Espero que la pregunta en la base de las reflexiones no sea solo cuáles son las mejores oportunidades que aprovechar, sino qué tipo de mundo queremos construir juntos», animó.
Esa, dijo, es una interrogación que lleva a pensar «en los pueblos y en las personas más que en los capitales y los intereses económicos, una pregunta que no mira al inmediato futuro sino al porvenir».
Todo para reflexionar sobre «la responsabilidad que recae en nosotros», la de «transmitir este mundo a quien venga después de nosotros, preservándolo de la degradación medioambiental y, más importante, moral», aseveró.
«No se puede hablar de desarrollo sostenible sin solidaridad. Podríamos incluso decir que el bien, si no es común, no es un bien verdadero. Quizá ahora más que nunca pensar y actuar necesitan un diálogo real con el otro, porque sin el otro no hay futuro para mi», defendió.
Por último Francisco animó a los asistentes a la cumbre a pensar en primer lugar «en los rostros de las personas, a advertir el grito de los pueblos y de los pobres, a reflexionar sobre las preguntas de los niños» para crear «un mundo más justo y próspero para todos».
La séptima edición de la Cumbre Mundial del Gobierno 2019 comenzó hoy en Dubái con la participación de más de 4.000 personas de 140 países, incluidos jefes de Estado, ministros y funcionarios que se reúnen con el objetivo de debatir el futuro de los gobiernos.
El pontífice inició su alocución grabada recordando su reciente viaje a Emiratos Árabes Unidos, entre el 3 y el 5 de febrero, y dijo que se encontró con «un país moderno, que mira al futuro sin olvidar las raíces».
«Un país donde se busca transformar en hechos e iniciativas concretas las palabras tolerancia, hermandad, respeto recíproco y libertad. He visto que en el desierto las flores germinan y crecen», opinó.
Por eso, confesó que regresó al Vaticano «con la esperanza de que muchos otros desiertos en el mundo puedan florecer», algo que consideró «posible» pero solo con la unidad del mundo.
«Solo si crecemos juntos, uno junto al otro, con apertura y respeto, dispuestos a hacernos cargo de los problemas de todos, que en el pueblo global son los problemas de cada uno», aseveró.