El mundo reacciona con alabanzas a la muerte del legendario Muhammad Ali
EFE
Si durante su vida hizo que hasta los presidentes hablasen de su figura, el día de su muerte el legendario Muhammad Ali, que la pasada noche falleció a los 74 años en Phoenix, también generó las mismas reacciones a la hora de calificar su figura dentro y fuera de los cuadriláteros.
«El fallecimiento de Muhammad Ali», señala el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton, «nos entristece a Hillary (su esposa y candidata demócrata a la presidencia) y a mí. Desde el día en que ganó la medalla de oro olímpica en 1960, los aficionados al boxeo de todo el mundo supieron que asistían a una mezcla de belleza y gracia, velocidad y fuerza, que quizá nunca llegue a igualarse».
«Le vimos crecer desde la descarada confianza de la juventud y el éxito a una madurez llena de convicciones políticas y religiosas que le llevaron a tomar decisiones difíciles y vivir con las consecuencias», siguió describiendo la figura de Ali en su extenso comunicado.
«Por el camino le vimos audaz en el cuadrilátero, inspirador con los jóvenes, compasivo con los necesitados y fuerte y con buen ánimo al cargar el lastre de sus problemas de salud», subrayó Clinton.
«Tuve el honor de entregarle la Medalla Presidencial de los Ciudadanos en la Casa Blanca, de verle prender la llama olímpica y de forjar una amistad con un hombre que, a través del triunfo y las dificultades, se hizo aún más grande que su leyenda. Nuestros corazones están con Lonnie, sus hijos y toda su familia», agregó el exmandatario demócrata.
Dentro del mundo del boxeo el primero en ofrecer su reacción al fallecimiento de Ali fue el veterano promotor Bob Arum, que comenzó su exitosa carrera en la época dorada del tres veces campeón del mundo del peso pesado.
«Es la figura más transformadora de mi era, desde luego. Hizo incluso más que Martin Luther King por cambiar las relaciones raciales y la opinión de la gente. Fue un privilegio y un honor para mí conocerle y asociarme con él», destacó Arum, promotor de 26 combates de los 61 que disputó Ali.
Otro legendario del boxeo que unió para siempre su nombre con el de Ali, George Foreman, al que destrozó en Kinshasa, lamentó su muerte y el vacío que dejaba dentro del mundo del boxeo y de su propia persona.
«Ali, Frazier y Foreman éramos un solo hombre. Una parte de mí se ha perdido. ‘La pieza más grande»‘, tuiteó Foreman, rival de Ali en el combate «Rumble in the Jungle».
El campeón filipino Manny Pacquiao, que a sus 37 años todavía no ha dicho el adiós definitivo a su carrera y ha generado también una gran expectación siempre dentro y fuera del mundo del boxeo, reconoció que la muerte de Ali había sido una gran pérdida.
«Hoy perdimos un gigante. El boxeo se benefició de los talentos de Muhammad Ali, pero no tanto como la humanidad se benefició de su cualidad humana. Nuestros corazones y plegarias son para la familia Ali. Que Dios les bendiga», destacó Pacquiao, que ganó el título mundial en ocho categorías diferentes de peso.
Otro excampeón del mundo y actual promotor de boxeo, Oscar de la Hoya, subrayó lo importante que fue el compromiso de Ali con el deporte del boxeo y la manera como lo elevó y lo dio a conocer a través de todo el mundo.
«Muhammad Ali es una leyenda y uno de los atletas más celebrados del mundo, el púgil que introdujo la era dorada del boxeo y puso el deporte en el mapa. Allanó el camino para luchadores profesionales, incluida mi persona, elevando el boxeo para convertirlo en un deporte seguido por millones de personas en hogares de todo el mundo», declaró De La Hoya, que ganó títulos en seis categorías de peso diferentes.
Dentro del mundo del deporte olímpico de Estados Unidos, el director general del USOC, Scott Blackmun, dijo que todos se sentían orgullosos de las aportación que hizo Ali al equipo nacional de su país.
«Estamos orgullosos no sólo de llamar a Ali miembro del Equipo de Estados Unidos, sino campeón olímpico. Con un coraje y una determinación sin parangón, dejó un legado que seguirá inspirando a generaciones de estadounidenses en los años venideros», subrayó Blackmun.
Por su parte, la nadadora olímpica Janet Evans calificó la figura de Ali como la que realmente la inspiró a convertirse en atleta.
«Pasar la antorcha olímpica a Muhammad para encender el pebetero en los Juegos de Atlanta en 1996 fue el momento definitorio de mi carrera, y un recuerdo que atesoraré por siempre, tanto como las medallas que gané. Como deportistas olímpicos, nuestra labor es inspirar a otros para cumplir sus sueños, y nadie ha ejercido más ese papel que Muhammad Ali», reconoció Evans.
Mientras que el hombre que también estuvo unido a la fama y triunfos de Ali, el veterano promotor Don King, calificó la figura del fallecido expúgil como el de ir siempre contra todos, pero en favor de los demás.
«Sin duda, su legado es uno que desafió las probabilidades porque defendió aquello en lo que creía y cuando se le puso a prueba asumió daño personal en lugar de ir contra sus creencias y aquello que defendía», subrayó King, promotor de los combates «Rumble in the Jungle» y «Thrilla in Manilla».