El misterio de los tres Reyes Magos, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
En la cristiandad occidental la fiesta de la Epifanía, conocía como el Día de los Reyes Magos, se celebra anualmente para conmemorar la visita de los sabios de Oriente al Niño Jesús.
La historia de la visita de los Reyes Magos se encuentra solamente en el Evangelio de San Mateo, entonces ¿Quiénes son los Reyes Magos que visitaron al Niño Jesús?. La llegada de estos sabios causó un gran revuelo en Jerusalén, Herodes y sus sacerdotes debían haberse alegrado con la noticia, pero al contrario, se entestecieron que un hecho llamativo en que los sacerdotes mostraran el camino a los magos, pero ellos mismos no quisieran ir por ese camino.
Según la tradición, hubo Tres Reyes Magos, quizás tomados por el número de los regalos presentados al Niño Jesús: oro incienso y mirra.
Desde la antigüedad el oro de asociaba con la realiza, debido a su resistencia también se asoció con la inmortalidad, en la época de Jesús el oro era un regalo esencial para un rey o una deidad. El regalo de oro de los magos simboliza su reconocimiento de Jesús como un rey cuyo reino no puede ser destruido por los poderes terrenales.
El incienso se consideraba precioso, no es originario de Israel y su importación era costosa pero era un regalo lógico que debía llevar un visitante del este a Jerusalen donde los ancianos del templo lo usaban en los rituales. Al presentar incienso a Jesús, los magos estaban reconociendo el papel de Jesús como sacerdote.
La mirra era, en tiempo de Jesús, mucho más valiosa que el oro, se obtiene de árboles que crecen en el sur de Arabia y su uso antiguo era como analgésico, como elemento embalsamador. La mirra simbolizaba el dolor, la muerte y el más allá; como regalo de los magos, predijo el sufrimiento y la muerte de Jesús. A Jesús se le ofreció mirra con vino para calmarlo durante la crucifixión, la mirra también se usó para ungir su cuerpo después de la muerte.
Santa Elena, la madre del emperador romano Constantino, durante el siglo IV, logró encontrar los restos de los magos, los descubrió en Persia y se los llevó a Constantinopla, pero durante el siglo V las reliquias fueron llevadas a Milán. Cuando la ciudad fue conquistada por Federico Barbarroja, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, en 1164, las reliquias fueron entregadas a reinar fondas, arzobispo de Colonia para que las cuidara.
Los restos de los Reyes Magos fueron luego trasladados a la catedral de Colonia, donde han permanecido detrás del altar mayor desde que llegaron a la ciudad durante el siglo XII.
La visita de los Magos cumplió las profecías del Antiguo Testamento, Balán profetizó sobre la venida del Mesías marcado por una estrella. El salmo 72 habla de como los gentiles vendrán a adorar al Mesías, todos los reyes le rendirán homenaje, todas las naciones le servirán. Isaías también profetizó que caravanas de camellos los llenarán, vendrán trayendo oro e incienso y proclamando las alabanzas del Señor.
Celebrar la fiesta de los Reyes Magos , conocida como la Epifanía, es una invitación a ser conscientes de nuestro deber de adorar a nuestro Señor a través de oro, la adoración y las buenas obras abnegadas, porque con Dios ¡siempre ganamos!
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