El misterio de la Santísima Trinidad, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Hoy domingo 30 de mayo la iglesia celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad, el misterio central de la fe cristiana. Trinidad significa tres, triada, es el misterio de tres personas en un solo Dios. Los cristianos somos bautizados en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.
Aunque es un dogma difícil de entender, fue el primer misterio que entendieron los apóstoles, quienes después de la resurrección comprendieron que Jesús era el salvador enviado por el Padre, y cuando experimentaron la acción del Espíritu Santo dentro de sus corazones en Pentecostés, comprendieron que el único Dios era Padre, Hijo y Espíritu Santo.
La Trinidad sólo puede probarse a través de la revelación divina que Jesús trajo, no se puede demostrar con la razón natural o únicamente desde el antiguo testamento. Dios ha dejado huellas de su ser trinitario en la creación y en el antiguo testamento, pero en la intimidad de su ser como trinidad santa es un misterio inaccesible a la sola razón humana, e incluso a la fe de Israel.
Este misterio ha sido revelado por Jesucristo y es la fuente de todos los demás misterios; la distinción de las personas se puede demostrar, por ejemplo, en el hecho de que Jesús habla a su padre, esto no tendría sentido si fueran la misma persona.
En aquella ocasión Jesús exclamó, según el evangelio de San Mateo “Yo te alabo padre, señor del cielo y de la tierra porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Si padre, pues así fue de tu agrado, mi Padre ha puesto a todas las cosas en mis manos, nadie conoce al hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre si no el Hijo, y aquellos a quienes el hijo se los quiere dar a conocer”
El hecho de que Jesús no es la misma persona que el Espíritu Santo se revela cuando Jesús dijo “que vas a orar al Padre y el Padre les dará otro paráclito que es el Espíritu Santo”, esto demuestra la distinción de las tres personas: Jesús que ora, el Padre que envía y el Espíritu Santo que viene.
En el evangelio de San Juan se dice, “y yo pediré al padre y les daré otro paráclito, para que esté con ustedes para siempre, el Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir porque no lo ven ni lo conocen, pero ustedes lo conocen porque mora en ustedes”
El misterio de la Santísima Trinidad, un solo Dios en tres personas distintas, es el misterio de Dios en sí mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo tienen la misma naturaleza, la misma divinidad, la misma eternidad, el mismo poder, la misma perfección, son un solo Dios, además sabemos que cada una de las personas de la Santísima Trinidad está totalmente contenida en las otras dos, pues hay una comunión perfecta entre ellas.
Las tres personas de la Santísima Trinidad son distintas entre sí por la diversidad de su misión, Dios hijo, por quien son todas las cosas, es enviado por Dios Padre, es nuestro salvador, Dios Espíritu Santo en quien son todas las cosas es el enviado por el Padre y por el Hijo, es nuestro santificador.
Amigos, aunque no lo entendamos, porque es un misterio, sabemos que la Santísima Trinidad es Dios y con Dios ¡siempre ganamos!