El mensaje de la Virgen en La Salette, por María García de Fleury - 800Noticias
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Religión

Por: María García de Fleury

La virgen María se apareció a dos jovencitos en el pueblo de la Salette, Francia, que consistía en nueve caseríos dispersos principalmente de pequeños agricultores con sus familias. En la noche del sábado 19 de septiembre de 1846, Maximino Giraud de 11 años y Mélanie Calvat de 15 años, regresaron a la montaña donde habían estado pastando las vacas y dijeron haber visto una bella dama en el monte que lloraba amargamente con su cabeza entre sus manos porque los hombres ignoran la cruz de Jesucristo.

Ella le dio unos mensajes urgentes para toda la humanidad, la virgen les dijo que la mano de su hijo era tan fuerte y pesada que ya no podía sostenerla a menos que la gente hiciera penitencia y obedeciera las leyes de Dios, si no, tendrían mucho que sufrir.

Y les dijo “la gente no observa el día del señor, continúan trabajando sin parar los domingos, tan solo unas personas mayores van a misa, otros van a la iglesia a burlarse de la religión, el tiempo de cuaresma es ignorado, los hombres de no pueden jurar sin tomar el nombre de Dios en vano, la desobediencia y el pasar por alto los mandamientos de Dios son las cosas que hacen que la mano de mi hijo sea tan pesada”.

Los jovencitos la describieron sentada sobre una enorme piedra con los codos apoyados en la rodilla y la cara entre las manos, estaba vestida con una túnica blanca salpicada de perlas y un delantal color dorado, zapatos blancos, rosas sobre sus pies y un tocado alto.

Llevaba un crucifijo suspendido por una pequeña cadena en su cuello, había una luz brillante más brillante que el sol, pero distinta que la rodeaba, y después de hablar comenzó a subir la colina, miró a la derecha, luego a la izquierda y un globo de luz la envolvió y la vieron subir hasta desaparecer en el firmamento.

Los pastorcitos dijeron haber sido informados de dos secretos muy especiales, uno revelado a Melanie y el segundo a Maximino, también el mismo día y el mismo lugar, secretos que debían entregar al Papa.

En las revelaciones habló del castigo; el contexto de estos castigos colocan la advertencia justo antes del invierno de 1846 y 1847, que se encontraban en Europa y especialmente en Irlanda y en Francia, donde se desató un periodo de hambruna en los meses que siguieron a la aparición. Este fue uno de los factores del atractivo popular de la aparición.

El Papa Pio IX aprobó la aparición, el Papa León XII declaró la coronación canónica de la virgen de La Salette y luego el Papa San Juan Pablo II en 1982, dijo “La Salette es el corazón de las profecías, es un mensaje de esperanza, pues nuestra esperanza se apoya en la intercesión de la madre de Dios, de los hombres frente a Dios”.

Juan Pablo II agregó “en este lugar, María, la madre siempre amorosa mostró su dolor por el mal moral causado por la humanidad, sus lágrimas ayudan a entender la gravedad del pecado y del rechazo a Dios.

La Virgen mencionó específicamente la necesidad de renunciar a dos graves pecados que se han hecho muy comunes; la blasfemia, es decir el tomar el nombre de Dios en vano y burlarse de Dios, y dos, el no tomar el domingo como día de descanso y la obligación de asistir a la santa misa.

La virgen les pidió a los niños que rezaran, hicieran sacrificios y propagaran su mensaje para poder salvarlos. ¡Obedecer, amar y respetar a Dios es vital, porque con Dios siempre ganamos!