“El hogar, un lugar seguro para la familia”

Agencias

Oración por nuestra Familia

Desde Nazaret nos llegó la luz de una familia: Jesús, José y María.

Ellos quieren alumbrar a nuestro hogar. Son una luz en medio de tanta oscuridad.

Hoy, cuando nos abrazamos, como familia, queremos que esa luz ilumine a Papá, faro de experiencia. A Mamá, amor incondicional. A los hijos, grandeza de esperanza. A los abuelos manos que abrazan. Y a toda la familia corazón que enlaza.

Gracias Dios Trinidad por nuestra familia. Bendícela y protégela en María Santísima, la madre de todos, que nos regaló a Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

  El hogar un lugar seguro para la familia. Repetimos todos.

            La familia de Nazaret es tu familia y es mi familia. Y esa Familia de Nazaret, también tiene problemas y quisiera, que observáramos cómo los resuelven.

            Porque uno piensa, ¿cómo ahí está Jesús, Dios, no tendremos ningún problema? Y muchos lo aplican a sus caprichos: Cómo dicen muchos. ¿Cómo tengo dinero? ¿Cómo tengo salud…? ¿Qué me va  a importar venir a misa, confesarme. Comulgar…? Y no es así, porque, cuando termina el juego, rey y peón van al mismo cajón. Dile al que está a tu lado. La muerte es para todos.

            Entonces, mirando a esta familia, veamos cómo vivían. Y tenemos que reconocer que es una familia que está unida en la oración y en la obediencia a Dios. ¿Nosotros hacemos oración? ¿Vivimos en obediencia a Dios? Nos debe hacer reflexionar: «Al llegar la medianoche, se oyó un gritó: ¡Viene el novio, salgan a su encuentro!»” (Mateo 25,6) y sin olvidar “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto…vuelve a la tierra de Israel” Y así lo hizo. “se levantó, tomó al niño y a su madre, se fue a Egipto” (Mateo 2,20)

            Me acuerdo que en las pasadas navidades muchos se acostaron el 24 temprano y cansados. ¿Saben por qué? Se han puesto a buscar a última hora lo de la cena de Navidad y nanay, nanay. Nada de nada. Y si había era muy caro. Y regresaron tan cansados que se acostaron. Y otros, porque no supieron enfrentar la pobreza, la situación, la soledad. Todo, porque no contaron con Dios. Muchos quieren milagros para resolver.

            Se nos olvidó la familia de Nazaret. Dile al que está a tu lado. Caramba, somos familia de Jesús, de José y María. Esa Familia, pasa por pruebas y pasan trabajo, dolor y pruebas. Volvamos al Evangelio, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. Volvamos a nuestra familia y observemos cómo vive nuestra familia.

            Es doloroso, pero hay que decirlo, vivimos separados, divorciados, viviendo como si Dios no existiera, llenos de magia y superstición. De ahí, de los que se acostaron temprano y despreciaron la Navidad. Muchos, de nuestros familiares, viven sin fe sin la oración. Siempre cansados para las cosas de Dios, pero resueltos y atentos para el bonche, el sonido del celular y con los oídos abiertos para el chisme y el comentario.

            Pidámosle a esa Familia de Nazaret que nos enseñen a vivir como verdadera familia. Debíamos vivir teniendo a Dios como centro del hogar, no tanto porque se tiene una imagen del Corazón de Jesús, sino porque lo vivimos a diario en nuestras relaciones de afecto y comprensión. Una familia que vive en el amor. Un amor que motiva y nos hace grandes. Una familia que sabe aceptar el dolor como esa prueba para crecer en las bienaventuranzas y virtudes de fe, esperanza y caridad. Una familia con hijos y si no llegan, llenarla de ahijados y sobrinos. Unos hijos obedientes que sean la honra de sus padres hasta la vejez. Y una familia donde papá y mamá nos e cansen de quererse demostrando bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, perdón, amor para con sus hijos; y piedad y gratitud con Dios.

            Decimos los hijos: Papá, mamá ustedes son importantes.

            Los padres dicen: Hijos les queremos mucho

            Y digamos todos. La familia es muy importante. Más que la cuenta de ahorros. Más que el celular.

            Dicen los hijos: Bendición mamá. Bendición Papá.

            Dicen los Padres: Dios les bendiga por siempre.

            Todos: Amén.

Un aplauso a la familia.

Padre Marcelo. @padrerivas

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