El estreñimiento crónico podría ser señal de empeoramiento cognitivo - 800Noticias
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El estreñimiento crónico es un trastorno digestivo que afecta a alrededor del 16% de la población mundial y se caracteriza por defecar menos de tres veces a la semana, aunque también por expulsar las heces con esfuerzo, que las heces sean duras, secas y pequeñas, o por experimentar la sensación de una evacuación incompleta. No es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que puede estar asociado a problemas de salud, sedentarismo, el consumo de algunos fármacos, o una dieta inadecuada, entre otros factores.

Esta alteración del tránsito intestinal se ha asociado a problemas de salud a largo plazo como inflamación, desequilibrios hormonales y ansiedad o depresión, pero ahora un nuevo estudio también ha relacionado el estreñimiento crónico con una peor cognición, equivalente a tres años de envejecimiento del cerebro, según los resultados que se han presentado en el Congreso Internacional de la Alzheimer’s Association® (AAIC® 2023), en Ámsterdam (Países Bajos) y en línea. Estos hallazgos se suman a evidencias científicas previas que relacionan un intestino sano con un cerebro sano.

Dos estudios adicionales han identificado bacterias intestinales específicas relacionadas con un mayor riesgo de demencia, así como bacterias intestinales que pueden ser neuroprotectoras. Investigaciones previas también han relacionado un equilibrio saludable en la composición del microbioma intestinal, que es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro tubo digestivo, con otras funciones vitales del organismo.

“Todos los sistemas de nuestro cuerpo están interconectados”, afirma Heather M. Snyder, vicepresidenta de relaciones médicas y científicas de la Alzheimer’s Association. “Cuando un sistema funciona mal, afecta a otros sistemas. Cuando esa disfunción no se atiende, puede crear una cascada de consecuencias para el resto del cuerpo”. “Aún quedan muchas preguntas sin respuesta sobre la conexión entre la salud de nuestro sistema digestivo y nuestra función cognitiva a largo plazo”, añade Snyder. “Responder estas preguntas puede descubrir nuevos enfoques terapéuticos y de reducción de riesgos para el Alzheimer y otras demencias”.

Para estudiar más esta relación en profundidad, el Estudio de los Estados Unidos para proteger la salud del cerebro a través de la intervención del estilo de vida para reducir el riesgo (U.S. POINTER por sus siglas en inglés) de la Alzheimer’s Association, con el apoyo de los Institutos Nacionales de Salud de los EE. UU., examina el impacto de las intervenciones del comportamiento en el eje intestino-cerebro para entender mejor cómo unos hábitos más saludables influyen en los microorganismos del intestino y cómo se relacionan los cambios en las bacterias intestinales con la salud del cerebro.

Mientras esperamos a conocer sus resultados, señala la experta, “las personas deberían hablar con su médico sobre su salud digestiva y las formas de aliviar el estreñimiento, como aumentar el consumo de fibra dietética y beber más agua”. “Comer bien y cuidar el intestino puede ser una vía para reducir el riesgo de demencia”.

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