El Domingo de Ramos y su significado en el catolicismo
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El Domingo de Ramos es el último día de la Cuaresma y que marca el preludio de la Semana Santa. La liturgia y la piedad popular se unen en una verdadera celebración dominical de la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo y una conmemoración a su entrada triunfal a la ciudad de Jerusalén.
De acuerdo a los evangelios del Nuevo Testamento, Jesús de Nazaret entraba triunfalmente en Jerusalén en medio de una multitud que lo aclamaba. Antes de hacerlo, Jesús se había detenido en Betania y Betfagé.
«Decid a la hija de Sion:
He aquí, tu Rey viene a ti,
Manso, y sentado sobre una asna,
Sobre un pollino, hijo de animal de carga». Mateo 21:5
El evangelio de Juan añade que cenó con Lázaro y sus hermanas María y Marta. Ahí, se narra que Jesús envió a dos discípulos a la aldea cercana, con órdenes de recuperar un burrito que había sido atado, pero nunca montado y dijo «Si os preguntan, decid que el Señor necesita el burrito, y que les será devuelto luego».
Los signos:
La reunión. El primer signo es el de una reunión inhabitual en el exterior de la iglesia. Es una convocatoria de los fieles que debe resaltar por su carácter festivo y popular.
El desarrollo. A diferencia de otros domingos, el de Ramos tiene un desenvolvimiento original y pedagógico para introducir en la dinámica del misterio pascual: bendición de los ramos, proclamación de la entrada solemne en Jerusalén, procesión a la iglesia, lectura de la pasión, para terminar en la Eucaristía del Resucitado.
Los ramos. Como indican las oraciones de bendición, los ramos son destinados ante todo a festejar a Cristo Rey y a aclamar el triunfo de Cristo. Habría que resaltar con algún gesto festivo, por ejemplo levantando los ramos uniformemente en algunos momentos del canto, su significado de aclamación. El altar o la cruz podrían estar adornados con algunos ramos.
La cruz. En torno a ella se reúnen los fieles. Podría ser una cruz grande, artística, bella, que sería llevada por varias personas, adultos y niños.
La procesión. Es una de las raras veces que este gesto colectivo se propone a los cristianos en domingo. Si no es posible realizar la procesión con toda la asamblea, al menos debe hacerse en alguna representación de sus componentes: niños, jóvenes, adultos, ancianos, religiosas, etc. Es la procesión litúrgica más significativa de toda la semana santa .
La Pasión. Es parte muy importante de la celebración. Puede ayudar a su recta proclamación la diversidad de lectores, las diferentes actitudes de la asamblea (sentados de pie, inclinados, de rodillas), las aclamaciones cantadas en algunas partes, incluso donde sea posible, los distintos lugares de lectura: ambón, altar, junto a la cruz.