El cumpleaños de la Virgen María, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
La Iglesia celebra a sus santos el día de su muerte pues se considera que es el día de su entrada al cielo, solamente se celebran 3 nacimientos dentro de la iglesia, los cuales están relacionados con los misterios de la Encarnación y de la redención. Estos tres nacimientos son: la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo el 25 de diciembre, el nacimiento de San Juan Bautista el 24 de junio y el nacimiento de la Virgen María el 8 de septiembre.
El nacimiento de la Virgen María se encuentra en la confluencia del antiguo y el nuevo testamento, pone fin a la etapa de la expectativa y a las promesas para comenzar la era de la gracia y la salvación en Jesucristo. El plan misterioso de Dios sobre la Encarnación del Verbo abarca también a la Virgen que su madre, así el nacimiento de María como el de su Divino Niño se insertan en el corazón mismo de la historia de la salvación.
El nacimiento de María está ordenado para su misión como madre del Salvador, su existencia está indisolublemente unida a la de Cristo, ella participa de un plan único de predestinación y gracia. De la misma manera que se celebran los 9 meses del calendario entre la Anunciación y la natividad,
la Iglesia celebra el cumpleaños de María exactamente 9 meses después de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre. Aunque nada de la historia de la Virgen como niña está en la sagradas escrituras, la tradición popular dice que durante su matrimonio Joaquín y Ana no habían podido tener hijos y el problema era que la esterilidad era considerada la peor de las desgracias en la cultura judía, porque se atribuía a algún castigo divino.
Entonces, como sucedió varias veces en la Biblia, por ejemplo en el caso de Sara que no podía tener niño hasta que Dios se lo envío milagrosamente.
Por su parte, Santa Ana y San Joaquín después de rogarle mucho a Dios, concibió Ana en su vejez, en este caso Ana dio a luz a una niña, esta niña resultó ser la Santísima Virgen María. El embarazo de Ana y el nacimiento milagroso de la Virgen María se ratifican en el dogma de la Inmaculada Concepción dónde se ratifica que María desde su concepción, purificada de todo mal, fue preservada del pecado para convertirse en la madre de Jesús.
La Natividad de la Virgen es una de las fiestas marianas más antiguas, en Oriente es conocida desde el siglo VI y se celebra el día en que se abre el año litúrgico bizantino, el cuál se cierra con la dormición de la Virgen en agosto. En Occidente fue introducido hacia el VII y era celebrada con una procesión y letanías que terminaban en la Basílica Santa María la Mayor.
En este escenario es donde la Virgen María con el Niño Jesús, ambos con coronas sobre sus cabezas, se aparecieron y entraron en la casa del Cacique Coromoto, un pagano que incluso trato de matarla un 8 de septiembre de 1652, ¿Y cuál fue la respuesta de ella? la respuesta de la Madre de Dios fue quedarse como una imagen viva en la mano del cacique para que más de 371 años después la pudiéramos seguir contemplando, estudiando y venerando. Esta es la única aparición de la Virgen que ha ocurrido el día de su cumpleaños, ella la Madre de Dios, quiso estar ese día tan especial en Guanare, Venezuela, con sus habitantes. Ella es la madre de Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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