El cambio climático pone en alerta a las aguas del mar Caspio
ABC
Un reciente estudio publicado en la revista «Geophysical Research Letters», de la Unión Geofísica Americana, llevado a cabo por siete investigadores de cuatro países distintos —Estados Unidos, Francia, Rusia y Azerbaiyán—, señala el cambio climático como el principal causante del avanzado descenso del nivel del agua en el mar Caspio, la mayor cuenca del mundo sin salida al océano.
El nivel de agua del Caspio ha descendido 1,4 metros entre 1996 y 2015 y a día de hoy se encuentra un metro por encima de su mínimo histórico, registrado a finales de los 70, pero hasta este momento nunca se habían podido esclarecer las causas de este descenso.
Los niveles de esta superficie marina, que concentra el 90% de los esturiones del mundo, alcanzaron su mínimo histórico, de 29 metros por debajo del nivel medio del mar, hace cuarenta años. Volvieron a aumentar en 1979 hasta ascender en doce centímetros al año en el periodo comprendido entre 1979 y 1995, intervalo en el que la cuenca creció cerca de dos metros, hasta descender de nuevo hasta su nivel actual.
Un análisis exhaustivo
Para llevar a cabo el informe que ahora ve la luz, los expertos compararon las mediciones terrestres del Caspio entre 1979 y 2015. En sus investigaciones, utilizaron los valores de «Tom» y «Jerry», los dos satélites de la misión GRACE, operación conjunta entre la NASA y la Agencia Espacial de Alemania para rastrear las variaciones de gravedad en superficie terrestre.
También analizaron los tres principales actores de influencia sobre los niveles acuáticos del Caspio -las precipitaciones, el agua de los ríos que desembocan en él y la propia evaporación- y recopilaron informaciones sobre las variaciones registradas por los satélites o datos sobre las lluvias y el drenaje de los ríos.
Según el estudio, la evaporación, originada a su vez por un aumento de temperatura del aire en la superficie terrestre, consecuencia del cambio climático, sería la causa de la mitad de este descenso. El resto, según los expertos, se habría producido como consecuencia de los efectos combinados de un descenso en las precipitaciones y en los niveles de de agua procedente de los ríos.