El Bien y el Mal, por María García de Fleury
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¿De dónde vienen el bien y el mal?, hay quienes proponen algunas posibilidades como bien y mal bien vienen de la evolución, de la razón, de la conciencia, pero, ninguno de estos puede ser la fuente última de la moralidad; ¿Por qué no de la evolución?, porque cualquier supuesta moralidad que este evolucionando puede cambiar y si puede cambiar para bien o para mal debe haber un estándar por encima de estos cambios para juzgarlos bueno o malos.
Durante la mayor parte de la historia humana, las sociedades más poderosas esclavizaron a las sociedades más débiles y prosperaron; en ese tiempo nadie lo cuestionó, pero hoy en día condenamos la esclavitud.
El razonamiento es una herramienta muy poderosa para ayudarnos a descubrir y comprender la moralidad, pero no puede ser tampoco la única fuente de la moralidad, porque por ejemplo, los criminales usan su razón para planear un asesinato sin que sus razón les diga que el asesinato está mal y me pregunto: ¿fue el razonamiento o algo más alto que el razonamiento lo que dio a todas esas personas que arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos durante el holocausto?. Sin duda fue algo más elevado que el razonamiento por qué arriesgar la propia vida para salvar a un extraño, es algo muy poco razonable.
La ley natural se encuentra en el corazón humano y no es otra cosa que la ley divina entregada al hombre en forma de principios universales que regulan la conducta humana.
Así como existe el bien también existe el mal y a diferencia de las leyes de la física o las leyes de las matemáticas que dicen lo que es cada cosa, las leyes de la moralidad dicen lo que debería ser, pero al igual que las ley física dirige y ordena en algo y ese algo es el comportamiento humano correcto.
La moralidad no existe físicamente, no hay átomos, células, genes que sean morales o inmorales, su causa tiene es algo que existe a parte del mundo físico, por eso esas cosas debe estar por encima de la naturaleza. La existencia misma de la moralidad prueba la existencia de algo más allá de la naturaleza y más allá del ser humano.
Las normas morales pueden expresarse en deberes, así como mandato o en prohibiciones, por ejemplo: ayudar al necesitado, no matar. Así como un diseño sugiere que hay diseñador, los mandatos morales sugieren un comandante moral.
Las leyes morales deben provenir de un legislador moral y ese legislador moral es quien conocemos como Dios; la consecuencia de ese argumento es que cada vez que apelas a la moralidad estás apelando a Dios, lo sepas o no, estás hablando de algo religioso incluso si crees que eres ateo.
Estamos invitando a obedecer esas leyes morales dadas por Dios que orientan la conducta de las personas para una sana convivencia, pues permiten saber qué es lo correcto y lo incorrecto en una sociedad y sobre todo en nuestra propia vid. Obedecer esas esas leyes morales dadas por Dios es vivir feliz en la vida, ¿Por qué?, porque con Dios siempre ganamos.