El Barça, una estrella del independentismo en Cataluña
AFP | Cataluña no tiene un Estado pero dispone de un pequeño y simbólico «ejército» que viste de azulgrana. Pese a su proyección internacional, el FC Barcelona es un destacado estandarte del nacionalismo catalán que ahora busca la independencia de España.
Aunque el club prefirió no involucrarse en las elecciones del próximo domingo, que pueden desencadenar un proceso de secesión, la campaña electoral terminó salpicándole: si Cataluña se independiza, el Barça no podrá jugar en la liga española, advirtió el presidente de la competición.
Un dilema para la afición azulgrana que cada fin de semana convierte el Camp Nou en un mosaico amarillo, rojo y azul de banderas independentistas y corea casi más veces el grito de «independencia» que el nombre de su principal ídolo, el argentino Lionel Messi.
En las últimas finales de la Copa del Rey disputadas por el Barça, sus aficionados dedicaron una sonora pitada al himno español, la última de ellas sancionada con una multa de 66.000 euros contra el club.
Y es que el Barcelona, a pesar de sus miles de seguidores en España y en todo el mundo, es uno de los principales estandartes del nacionalismo catalán. «Catalonia is not Spain» reza una pancarta colgada permanentemente en uno de los fondos del estadio.
El escritor y columnista español Manuel Vázquez Montalbán lo definió como «el ejército simbólico y desarmado de Cataluña», especialmente durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) que reprimió duramente la lengua y el nacionalismo catalán.
«El club fue un reducto de libertad: podían hablar en catalán en público sin peligro e incluso se escuchaban canciones en catalán», dice el historiador Carles Santacana, señalando que ya en 1918 el club reclamó autogobierno para Cataluña.
– «Secuestro ideológico» –
Esta función política del Barcelona, suavizada durante las primeras décadas de la democracia, volvió a tomar cuerpo durante el mandato del presidente Joan Laporta (2003-2010) que coincidió con un auge del independentismo en la región.
El club se adhirió en 2014 a una plataforma de entidades que reclaman un referéndum sobre la independencia y cedió en varias ocasiones su estadio para actos secesionistas. Desde hace dos años, la segunda equipación luce los colores de la bandera catalana.
«Actualmente hay un ‘golpe de estadio’ en el Barça. Hay un secuestro ideológico del club que dejó entrar al independentismo en sus oficinas», lamenta Ramón Miravitllas, periodista y escritor del libro «La función política del Barcelona».
«Pero hay una franja importante de aficionados que no quieren la independencia y ahora se sienten desubicados y desamparados», añade.
La política llega también al vestuario. Varios jugadores apoyaron públicamente la celebración de un referéndum en la región, como el centrocampista Xavi Hernández, ahora en Catar, o el central Gerard Piqué, que acudió el pasado 11 de septiembre a una enorme manifestación independentista en Barcelona.
«Hay un movimiento que es muy importante y al menos debería escucharse», dijo el defensa, pitado en sus últimas convocatorias con la selección española.
El caso más destacado es el del exentrenador Pep Guardiola (2008-2012), que concurre en la simbólica última posición de la coalición independentista Juntos por el Sí, favorita en los sondeos para los comicios del 27 de septiembre.
Ante estas elecciones, el club decidió mostrarse neutral. «El Barça ha demostrado que está fuera de la campaña electoral. Siempre hemos hablado de deporte, no hacemos campaña», dijo Bartomeu el pasado domingo.
Pero en medio del cúmulo de advertencias contra la independencia de Cataluña lanzadas desde Madrid, el presidente de la Liga española, Javier Tebas, advirtió que «los equipos catalanes no podrían disputar ninguna competición en España, al menos que continúen en España».
Ello condenaría al Barcelona a competir con equipos menores –solo hay otro equipo catalán en primera división, el Espanyol–.
Según el secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, sería un equipo como el Ajax de Amsterdam o el Celtic de Glasgow que llegaría «como muy lejos a octavos o cuartos de final de la Champions», por falta de los recursos que trae la liga.