El bajón del Atlético de Madrid en 5 perspectivas
EFE
Más allá de matices o méritos para no haber sufrido su última derrota con el Levante (0-2), el Atlético de Madrid, otrora líder incontestable de LaLiga Santander, ya no lo es tanto, dentro del bajón actual desde diversas perspectivas que confluyen en la pérdida de 7 de los últimos 12 puntos disputados:
1 – La pérdida de la pegada ofensiva:
El Atlético era el líder por contundencia en ataque. No había virtud más visible ni más constante a lo largo de la temporada en el conjunto rojiblanco, que a golpe de efectividad era aparentemente inabordable en la cima de la clasificación, a la que no ha accedido nadie más que él en las últimas once jornadas. A la decaída reconocible del juego entusiasta y desbordante de los primeros meses o a la debilidad defensiva de los últimos tiempos, había opuesto lo más preciado y más imparable del fútbol: una pegada incontestable.
Hasta el doble duelo con el Levante, con el que ha hecho 42 remates y sólo ha marcado un gol. Cuando el Atlético fue rotundo sobre la portería contraria, más allá del número de ocasiones, había sido casi incontenible para sus adversarios, con la excepción reciente del Celta, que lo igualó porque tuvo más efectividad que él el 8 de febrero que frustró la racha de ocho triunfos consecutivos.
Antes de los dos choques más recientes, el conjunto rojiblanco sumaba 44 goles a favor -era el segundo más goleador del torneo-, pero sobre todo promediaba un gol cada poco más de tres remates (3,4) sobre la portería contraria. En algunos duelos, como el 2-0 al Sevilla del pasado 12 de enero, remató cinco veces y marcó dos goles. En el 2-4 al Cádiz, nueve; en el 1-2, al Alavés, ocho; en el 1-2 al Eibar, nueve; en el 2-2 con el Celta, nueve; en el 1-2 al Granada, diez. Son seis de los últimos ocho duelos del Atlético.
2 – La dependencia de Luis Suárez:
La pérdida de efectividad en ataque coincide con la caída de la eficiencia sobre la portería contraria de Luis Suárez, el recurso sobre el que se sostuvo el Atlético en partidos menos productivos en juego y en ocasiones en los últimos tiempos. En Vitoria ante el Alavés, por ejemplo, cuando surgió al rescate con el 1-2; en Eibar, cuando se inventó un penalti que él mismo transformó en el 1-2 en el minuto 90; ante el Celta, cuando anotó los dos goles del 2-2; contra el Getafe, cuando firmó el 1-0; ante el Elche, cuando logró dos de los tres tantos, los dos primeros, con los que venció su conjunto.
Ahora atraviesa una racha de tres encuentros sin gol. No marcó en Granada ni en Valencia, con una cantidad relevante de ocasiones para su efectividad -cuatro en el Nuevo Los Cármenes y cinco en el Ciudad de Valencia-. Ni tampoco este sábado contra el Levante en el Wanda Metropolitano, con otras cuatro. Es decir, no ha batido la meta en ninguno de sus últimos trece remates, cuando en esta temporada liguera promedia un gol cada 3,25 tiros a portería.
Otro dato que también describe la transcendencia de Luis Suárez en el Atlético: el delantero uruguayo, su mejor goleador en esta Liga, con 16 tantos 20 partidos, once de ellos en nueve duelos antes de su actual racha sin marcar ninguna diana, no ha marcado en doce encuentros de esta Liga -tres porque no jugó-, de los que su equipo no ganó cinco, una vez que sufrió tres de sus cuatro empates y las dos derrotas que hasta ahora ha concedido el conjunto rojiblanco.
3 – El Atlético más vulnerable en defensa:
Desde 2011-12, cuando la era Simeone daba sus primeros pasos en el Atlético de Madrid, no encajaba en tantos partidos consecutivos de Liga como ahora. Entonces fueron nueve, ahora son siete, con una cantidad imprevista e impropia del conjunto rojiblanco: diez tantos en contra en este tramo. En las 16 citas anteriores sólo había encajado seis. No sostiene a cero su marco desde el 2-0 al Sevilla del pasado 12 de enero en el estadio Wanda Metropolitano.
Las cuatro últimas citas han reafirmado la certeza de que el Atlético no es hoy lo que era en defensa, con seis dianas recibidas y una influencia trascendente en su productividad: siete puntos perdidos. Son los mismos puntos que había concedido en las 19 citas previas de la Liga, en la que su pegada contrapuso cualquier desatención o desajuste atrás. En esas cuatro citas, sus rivales necesitaron 26 remates para marcarle seis goles. A una media de 4,33 remates. En las anteriores, recibió 10 en 185 intentos rivales, a un promedio de 18,5 remates sobre su portería para dañarla.
Antes, además, su ataque disimulaba el descubierto de los últimos tiempos, quizá desde la derrota con el Real Madrid (2-0). En sus trece compromisos más recientes desde entonces, incluida esa derrota en Valdebebas, ha recibido 14 de los 16 tantos de toda la campaña, más allá de su estructura de tres centrales, con Savic y Hermoso reafirmados y a la espera de la mejor versión de Felipe y Giménez.
4 – Las constantes bajas:
En toda la temporada, Diego Simeone no ha dispuesto de toda su plantilla al completo para ningún partido de esta Liga, pero la incidencia, entre la Covid-19, las lesiones y las sanciones, ha crecido en los últimos encuentros, hasta el punto de que promedia mas de cinco ausencias por jornadas en este tramo más reciente de las últimas cuatro jornadas.
Este sábado había seis futbolistas de baja. El pasado miércoles, también ante el Levante, cuatro. El sábado anterior, en el 1-2 al Granada, siete. Y en el 2-2 ante el Celta, seis. No son todas de la misma relevancia por la participación habitual que tienen en el esquema de Diego Simeone, como es el caso de Carrasco, Hermoso, Lemar, que se han perdido dos de los últimos cuatro encuentros.
Tampoco ha estado disponible Kieran Trippier. El lateral, el titular en el carril derecho para el técnico, revitalizado por el cambio de sistema tras su gris comienzo del curso, está sancionado por la Federación Inglesa hasta el próximo 28 de febrero. No ha jugado ninguno de los últimos siete encuentros, con el hueco que ha abierto en esa posición, ante la intermitencia de Sime Vrsaljko.
5 – La posición de Llorente:
En la configuración del once últimamente, hay una decisión de Simeone que incide indudablemente en el equipo: la insistente reubicación en el carril derecho de Marcos Llorente, porque no está Trippier y porque Vrsaljko, entre sus molestias, sólo ha sido utilizado para ese puesto en uno de los últimos cuatro encuentros.
Llorente es fundamental en el Atlético, pero en esa demarcación, en la que ha comenzado tres de los últimos cuatro choques, es menos determinante que en el interior derecho o más arriba, cuando irrumpe con su tremenda velocidad (34,6 kilómetros por hora por ejemplo en una carrera este sábado ante el Levante), cuando marca las diferencias, cuando anota goles -ocho- y da asistencias -siete-, cuando tiene llegada y cuando cambia el devenir de un encuentro.
Cierto que es no había muchas más alternativas, pero sí había algunas, como por ejemplo en la visita a Granada, cuando, teniendo a Carrasco, con el que probó en el carril derecho, empleó a Llorente de inicio ahí para incluir al internacional belga en el medio del campo. Luego rectificó. También ante el Celta y ante el Levante.