El ayuno intermitente no es más beneficioso que la restricción calórica - 800Noticias
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Agencias

El ayuno intermitente en pacientes obesos no fue más beneficioso que la restricción calórica diaria, según un trabajo que se publica esta semana en The New England Journal of Medicine. Los investigadores, del Hospital Nanfang de Guangzhou (China) y del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Tulane de Nueva Orleans (Estados Unidos), asignaron de manera aleatoria a 139 pacientes obesos a ayuno intermitente -comiendo solo entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde- con restricción calórica o únicamente restricción calórica diaria. Durante un año, los participantes siguieron una dieta que consistía en 1.500-1.800 kilocalorías diarias para los hombres y 1.200-1.500 kilocalorías diarias para las mujeres.

El objetivo principal del estudio era la diferencia en los dos grupos en pérdida de peso. Los objetivos secundarios eran el diámetro de la cintura, el índice de masa corporal, la cantidad de grasa en el cuerpo y las medidas de factores de riesgo metabólico.

Los pacientes recibieron un batido de proteínas diario para mejorar la adherencia a la ingesta permitida de calorías. Recibieron también consejos dietéticos por profesionales formados en nutrición, recetarios y ejemplos de menús, llamadas de teléfono y mensajes de app dos veces por semana, así como encuentros individuales cada quince días con su coach nutricional para garantizar que no abandonaran.

En total, 118 (84,9%) completaron el seguimiento. La pérdida media de peso fue de 8 kilogramos en el brazo de ayuno intermitente y de 6,3 kilogramos en el de restricción calórica. Por tanto, los cambios en el peso no fueron significativamente diferentes en ambos grupos y lo mismo sucedió tanto en objetivos secundarios como en acontecimientos adversos.

Además, The New England Journal of Medicine publica un editorial, a cargo de Blandine Laferrere y Satchidananda Panda, que indica las limitaciones de este trabajo: el tiempo que disponían los pacientes para comer era escaso, la muestra era pequeña y la aplicación de este ensayo a una población mayor es debatible, entre otros aspectos.

UTILIDAD DE PLATAFORMAS DIGITALES

Sin embargo, los autores del editorial recalcan que, a pesar de sus limitaciones, «el estudio ofrece un importante punto de referencia para la intervención dietéticaen el estilo de vida, que combina calidad, cantidad y momento oportuno de nutrición. Y muestra que el uso creciente de plataformas digitales que incorporan auto-monitorización por los pacientes y retroalimentación frecuente para completar la intervención».

Por último, señalan que el concepto de ayuno intermitente está evolucionando y que futuros estudios determinarán la duración correcta de la ventana de tiempo para comer, quiénes se beneficiarán más de este abordaje, cómo aplicarlo y los potenciales mecanismos para hacerlo, además de los efectos del ayuno intermitente de día, comparado con hacerlo por la tarde o noche. «Desde un punto de vista de salud pública, el ayuno intermitente podría convertirse en un abordaje para lograr la restricción calórica y mejorar la salud metabólica, sin el abordaje de restricción calórica intencional, que tantos recursos precisa», concluyen.

MENOS ABANDONOS, RESULTADO SIMILAR

Francisco Botella, coordinador del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), destaca que la metodología del trabajo consigue pocos abandonos. «Hasta ahora en todos los estudios de ayuno intermitente teníamos tasas de abandono del 40%, aproximadamente. Pero, pese a tener una tasa menor, los resultados son similares: es una forma más de perder peso tan eficaz -o tan poco eficaz- a las herramientas disponibles en la actualidad, no añade nada», subraya.

Otro aspecto que señala es que los estudios disponibles, hasta el momento, son a corto plazo. El motivo, desde su punto de vista, es que es un hábito de alimentación poco compatible con la vida social o en familia. «Y, si a los problemas de adherencia le sumamos las contraindicaciones del ayuno intermitente en enfermedades de hígado, de riñón, tipos de diabetes, trastornos de la conducta alimentaria, en mujeres embarazadas… el ayuno intermitente queda restringido a personas con un poco de sobrepeso, con cifras ligeramente elevadas de colesterol o hipertensión. Y con un gran coste social en los cambios de hábito para conseguir los mismos resultados de una dieta tradicional», recalca.

En su opinión, el ensayo ideal debe ser a largo plazo, con una n mayor, que cuantifique la vinculación del ayuno intermitente con reducciones en infartos de miocardio, envejecimiento, ateroesclerosis, inflamación, cáncer o Alzheimer. Como concluye, «son líneas muy preliminares que está abordando la investigación básica».

 

Por El Mundo.es

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