El ATP 500 de Acapulco celebra su nueva era con una parranda de millenial - 800Noticias
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EFE

El ATP 500 de Acapulco celebró su nueva era con un estadio de primer mundo de la mejor manera, con una parranda de milennial que duró nueve horas 43 minutos, lo que sumaron los partidos jugados en la jornada, e incluyó la desvelada más grande en la historia del tour.

El alemán Alexander Zverev derrotó este martes por 3-6, 7-6, 6-2 al estadounidense de 21 años Jenson Brooksby en un duelo concluido a las 4:54 de la madrugada que completó una cartelera histórica, porque fue la de bautizo del estadio y por concluir con el insomnio más extendido en el circuito.

En 2019 los estadounidenses Sam Querrey y Jack Sock vencieron en tres sets en la Copa Davis a los italianos Simone Boleli y Fabio Fognini. El encuentro acabó a las 4:04 de la madrugada, un límite que parecía imposible de superar hasta que Zverev y Brooksby retaron a los aficionados a mantener los ojos abiertos el mayor tiempo posible.

Acapulco, el torneo de más categoría en América Latina, sufrió para presentar su estadio con capacidad para más de 10.000 personas. La pandemia retardó las obras y parecía eterna la llegada de la hora de la inauguración. Exagerados como son los mexicanos la celebraron con una fiesta a la que solo le faltaron mariachis.

El primer responsable del desorden de horarios fue el español Fernando Verdasco. Con un tenis que recordó sus años juveniles cuando llegó a ser el séptimo mejor del mundo, el madrileño estuvo a un tris de vencer al estadounidense John Isner, al que no le bastaron 30 «aces» para derrotar en tres sets y necesitó un ‘tie break’ para ganar por 7-5, 6-7, 7-6.

Fueron 3:13 horas en las que Verdasco, 152 del ránking mostró a los 38 años una gran forma física. De jugar así, no solo regresará a los 100 mejores, sino que le dará sustos a alguno que otro de los mejores 50.

La decepción la protagonizó el búlgaro Grigor Dimitrov, al caer por 7-6, 5-7, 6-3 ante el estadounidense Stefa Kozlov, quien con una pierna lesionada se creció y superó al favorito en 3:21 horas.

La ceremonia de inauguración del estadio cuando casi todos dormían en Acapulco contribuyó a la desvelada, que se confirmó cuando el irreverente Brooksby, 47 ATP, levantó la mano como uno de los jugadores más prometedores del momento.

Le ganó el primer set a Zverev, estuvo cerca de llevarse el segundo y solo cayó luego de 3:19 horas.

Raúl Zurutuza, director el torneo, está obsesionado en que el ATP 500 de México se supere a sí mismo. Este año trajo a cinco de los seis mejores del mundo y ya piensa en una fiesta grande para el aniversario 30 del certamen, en el 2023.

Después de lo sucedido en la madrugada de este martes, deberá planificar la fiesta del próximo año a partir de la calidad. En cuanto a cantidad de horas, la parranda en el bautizo de su estadio es probable que quede en los récords como la desvelada eterna del tour.

Aficionados, medios y hasta Zverev y Brooksby fueron como sonámbulos al lado de la playa que cumplieron sus funciones en estado de sueño. Fue la parte poética en el inicio de la nueva era de un torneo que busca convertirse en Máster 1.000 y mientras lo logra apuesta a la alegría de jugar tenis.

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