Atlético vence a Cádiz y disimula bajo rendimiento - 800Noticias
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EFE

El Atlético de Madrid solventó a duras penas su cuarta victoria seguida; un ejercicio de bajo nivel del conjunto rojiblanco que ganó por un regalo del portero Jeremías Ledesma en el 1-0 de Joao Félix y por una buena jugada, después, en el 2-1 de Rodrigo de Paul.

El regalo fue evidente del portero Jeremías Ledesma, que le dio al delantero portugués (cinco goles en los últimos cinco encuentros) el pase que le iba a dar a Luis Hernández, más abierto a su derecha.

No desaprovechó el obsequio Joao Félix, que interceptó el envío, controló y definió a la perfección, a la altura de su clase, como el futbolista indispensable que es en el presente para el Atlético, que no tuvo nada más a lo que agarrarse en el primer tiempo, a la astucia del atacante luso, al error del guardameta argentino, en 2:40 de juego.

Instante a instante, la sensación se extendía por todo el graderío, que reunió a más de 50.000 personas en una noche fría de un viernes y que asumió con el paso de los minutos que el Atlético había retrocedido unas semanas atrás, a la indefinición, a la irrelevancia, pendiente de cualquier acierto del Cádiz para recibir el empate. Avisó primero Espino, después Negredo, más tarde Sobrino… Y marcó Negredo, de cabeza a centro de Espino.

Fue al borde del descanso. No extrañó a nadie. Ni el gol ni la forma como llegó, tan repetitivo ya en el recorrido trompicado que surca en esta campaña: Un centro desde la banda izquierda del lateral uruguayo, sin ni siquiera profundizar por ella, y un cabezazo cómodo, solo, sin nadie a su alrededor, del atacante español, inalcanzable para Oblak.

El partido estaba para los de Cádiz, pero el Atlético ganó, porque de pronto surgieron Correa y Luis Suárez en el partido, ambos desde la suplencia, para componer con Llorente la mejor jugada -la única, quizás- al nivel que se le presupone al conjunto rojiblanco de todo el duelo.

La conexión terminó con el tiro de Correa, con la parada de Ledesma y con el rechace aprovechado por Rodrigo de Paul para establecer el 2-1 en el minuto 67.

Nada concluyente, de no ser porque Giménez solucionó bajo la línea una mala salida de Oblak, cuando ya era el 2-2, entre la tensión de un final tan incierto, con Javi Serrano expulsado con roja directa en el 87 por una entrada sobre Álex Fernández que no pareció para tanto y con Simeone agitando sus brazos para buscar el aliento del público, el único recurso que ya le quedaba para lograr un triunfo que no lo mereció.

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