El árbitro que se arrodilló contra el racismo lo hizo para “mandar una señal”
EFE
El árbitro neerlandés Danny Makkelie, que se arrodilló junto a los jugadores del Paris Saint-Germain y el Basaksehir de Estambul en la previa de un partido de Liga de Campeones para protestar contra el racismo, dijo que lo hizo “para mandar una señal”.
Durante una reunión celebrada el mismo miércoles para preparar el encuentro, le comunicaron la intención de los futbolistas de arrodillarse cuando sonase el himno de la competición.
“Dije que por supuesto participaríamos, como árbitros también estamos contra la discriminación y el racismo”, dijo Makkelie en un programa de la cadena neerlandesa NPO Radio 1.
“No dudé en hacerlo como muestra de deportividad y respeto” comentó el colegiado, para quien el gesto de los futbolistas no fue ninguna sorpresa porque “ya ha pasado con frecuencia en otros partidos de la Liga de Campeones”.
El colegiado explicó que recibió una llamada de la UEFA justo después de la suspensión del partido el pasado martes para, junto a sus colaboradores, sustituir al trío arbitral rumano objeto de la polémica en París.
Uno de los árbitros asistentes habituales de Makkelie no tuvo tiempo para hacerse un test de coronavirus, explicó el neerlandés, por lo que la UEFA nombró en su lugar al colegiado polaco Marcin Boniek como uno de los linieres, mientras que de cuarto árbitro se designó al también polaco Bartosz Frankowski.
El origen de la polémica tuvo lugar el pasado martes en el minuto 22 del partido, cuando los jugadores del PSG y el Basaksehir de Estambul se retiraron del césped después de que el cuarto árbitro del choque, el rumano Sebastian Coltescu, supuestamente se refiriese como «aquel negro» para identificar al exinternacional camerunés Pierre Achille Webo, al que el árbitro Ovidiu Hategan iba a expulsar por sus reiteradas protestas.
Webo, exjugador del Nacional de Montevideo, Osasuna, Mallorca y Leganés, se quejó ostensiblemente del uso de la palabra “negro”, pero el colegiado no le hizo caso y le mostró la tarjeta roja.
El banquillo turco se indignó, y dirigidos por el francosenegalés Demba Ba, se agudizaron las protestas pese a que Coltescu dijo que no se trataba de una expresión racista. Los jugadores del PSG también se implicaron y al final ambos equipos se retiraron del campo del estadio Parque de los Príncipes.
El partido se pospuso al día siguiente y justo antes de la reanudación, los jugadores y el trío arbitral se arrodillaron alrededor del círculo central cuando sonó el himno de la Liga de Campeones. En la reanudación, el PSG goleó al Basaksehir de Estambul por 5-1, lo que le dio al equipo francés la primera plaza del grupo H.