El abogado santo Tomás Moro, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
Santo Tomás Moro fue un abogado y político ingles que nació en Londres, Inglaterra en 1478, estudió en la universidad de Oxford y accedió a la corte inglesa en calidad de jurista, su experiencia como abogado y juez lo hizo reflexionar sobre las injusticias del mundo. Desde 1504 fue miembro del parlamento donde se hizo notar por sus posturas audaces en contra de las injusticias.
Tomás Moro fue la figura política más importante de comienzo de siglo XVI, fue la voz de la conciencia de la primera reforma inglesa y una de las tres mayores personalidades del renacimiento inglés. El Rey Enrique VIII, atraído por su valor intelectual, lo promovió a cargos de importancia; embajador en los países bajos, miembro del consejo privado, portavoz de la cámara de los comunes y canciller desde 1529.
Cuando Moro tenía entre manos algún asunto importante o grave iba a la iglesia, se confesaba, asistía a mira y recibía la sagrada comunión. Tomás Moro reconocía que el poder era un don que venía de Dios, decía que el poder por el poder es diabólico, es el pecado de soberbia, es sobretodo pensar en sí, en la propia carrera, en el propio interés, Moro estaba convencido de que el poder por el poder es lo opuesto al servicio de la comunidad.
En su libro “Utopía” Tomás Moro en 1516 planteó la posibilidad de crear un estado justo en el que todos sus habitantes alcanzarán la felicidad, ayudó al rey a conservar la unidad de la iglesia católica de Inglaterra, el rey Enrique VIII le otorgó el título de caballero y otros beneficios académicos por su destacada producción literaria en contra de la reforma luterana.
El propio rey era conocedor del rechazo de Tomás Moro a lo que la iglesia inglesa consideraba un atentado al Santo Sacramento del matrimonio por la simple voluntad del monarca de formalizar su relación con su amante Ana Bolena, pero también sabía que solo un hombre como Tomás Moro, quien era el azote intelectual de la herejía luterana, podía conseguir la anulación matrimonial.
Tomás Moro como católico se opuso desde el primer momento a los deseos reales y rechazó firmar una carta en la que destacados nombres y prelados le solicitaban al Papa clemente VII la anulación del matrimonio porque Tomás Moro argumentaba que para la iglesia católica el matrimonio era para toda la vida y no admitía divorcio. El rey Enrique VIII enfurecido lo mandó a poner preso en la torre de Londres, se apropió de los bienes de los monasterios y exigió al clero ingles un sometimiento total a su autoridad.
Así fue como Inglaterra pasó de la religión católica a la anglicana dirigida por el rey Enrique VIII. El rey le dio varias oportunidades para que Tomás Moro reconsiderara su decisión, pero este le respondía que Cristo había dicho “lo que Dios ha unido no lo puede separar el hombre”.
Un año después de haber sido encerrado, el 6 de julio de 1535, el rey lo mando a decapitar, acto que demuestra hasta donde llegaba la integridad y honestidad del abogado Tomás Moro. Paradójicamente, menos de un año después Ana Bolena también era decapitada acusada de adulterio, incesto y alta traición después de un juicio parcial.
Juan Pablo II en el año 2000 proclamó a Tomás Moro como santo patrono de los políticos y los gobernantes, en el abogado Santo Tomás Moro encontramos un ejemplo de vida, un político honesto, modelo para aquellos laicos que queriendo vivir en medio del mundo buscan transformarlo y llevarlo a Dios porque con Dios ¡siempre ganamos!