¿Efecto Trump en Países Bajos? - 800Noticias
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EFE

La ultraderecha neerlandesa se hunde en las encuestas, en contra de los pronósticos a principios de año dada su tendencia desde 2017, mientras se dispara el apoyo al liberal Mark Rutte como «gestor de crisis en época de pandemia», tras confirmar su intención de presentarse a su cuarta reelección como primer ministro de Países Bajos.

De celebrarse elecciones generales estos días, después de que el demócrata Joe Biden le haya arrebatado la presidencia de Estados Unidos al republicano Donald Trump, el liberal VVD obtendría entre 39 y 45 escaños en el Parlamento neerlandés (ahora tiene 33), lo que supone casi el doble que el segundo partido más grande en esta Cámara: el ultraderechista PVV, de Geert Wilders, que mantendría entre 18 y 22 diputados.

El analista neerlandés Diederik Brink subraya a Efe que «por ahora, no se ha materializado ninguna alternativa creíble» para sustituir a Rutte, tanto entre los liberales, como en otros partidos y, el liberal «tuvo un desempeño muy sólido durante la primera ola de coronavirus» con su estrategia de confianza en la población y negándose a confinar por decreto.

Como resultado de los comicios generales de marzo de 2017, esta legislatura es una coalición de cuatro partidos con una mayoría justa: los liberales, progresistas D66, Llamada Democristiana CDA y Unión Cristiana.

A excepción de los liberales, con el 25 % del apoyo de la sociedad, los otros 14 partidos «se considerarían como de tamaño medio o pequeño», añade a Efe el politólogo Tom Louwerse, creador de una guía que analiza las diferentes encuestas, entre ellas Ipsos y I&O Research.

Los democristianos, cuyo candidato es el ministro de Sanidad Hugo de Jonge, y los progresistas D66, no se benefician a nivel electoral del enfoque contra el virus: obtendrían entre 11 y 16 escaños cada uno, incluso menos de lo que tienen ahora.

«CDA tiene un grave problema de liderazgo, sus elecciones internas resultaron en dos bandos divididos y su eventual líder está afrontando problemas políticos constantes a diario por la gestión de la pandemia», añade Brink.

LA ULTRADERECHA SE HUNDE

Wilders tiene posibilidades de mantener al PVV como segundo partido del Parlamento, en contra de los pronósticos anteriores, cuando la atención estaba puesta en el rápido ascenso de una nueva ultraderecha, Foro para la Democracia (FvD), a la que las encuestas daban 15 escaños.

Su líder, Thierry Baudet, había hecho un ejercicio de fuerza en los comicios regionales de mayo de 2019, arrasando con los apoyos de Wilders y convirtiéndose en el partido más grande del Senado neerlandés, institución vital para la aprobación de los proyectos de ley.

A día de hoy, el FvD obtendría entre 4 y 8 diputados, lo cual «sigue siendo un aumento, si se compara con los dos escaños que tiene ahora», pero es «sin duda el gran perdedor de los últimos meses», para Louwerse.

«Se lo lleva por delante su insistencia en promover y asociarse con gente que tiene ideas extrañas sobre la pandemia, no son solo críticos sino teóricos de la conspiración. Algunos votantes aceptan esas ideas, pero otros abandonan, de vuelta al PVV», añade el politólogo.

LA PANDEMIA SALVÓ A RUTTE

Todos coinciden en que la pandemia dio un giro a la situación en Países Bajos, donde «hay una fragmentación evidente del escenario político», añade Louwerse, que explica que Rutte, del que se había empezado a «cansar» la población, es visto ahora como un «gestor de crisis en época de coronavirus».

Los votantes se distancian de la ultraderecha del FvD por «su torpeza o falta de apoyo al enfoque oficial contra el virus», después de ganar adeptos al saber «politizar» la lucha climática como «feroz oponente», pero no le funcionó esa táctica con el coronavirus.

«Sí, parece que FvD podrá conseguir un par de escaños más, pero está claro que no jugará un rol relevante en la campaña electoral y a falta de un retador creíble, volveremos a ver a Rutte al frente», apuesta Brink, de cara a los comicios del marzo de 2021.

La izquierda verde GroenLinks, una de las grandes promesas en 2017, se mantiene estable, con entre 13 y 15 escaños, y los socialdemócratas (PvdA), castigados entonces por su apoyo a los recortes exigidos por Bruselas durante la anterior crisis financiera, remontan con 11-15 escaños, pero «no están ni de lejos en el nivel que estaban», dice Louwerse.

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