Dos días históricos, por María García de Fleury
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Estamos viviendo un par de días históricos. Ayer, 30 de abril fue la beatificación oficial de nuestro querido Doctor José Gregorio Hernández en medio de una sesión solemne, sencilla y llena de emoción. Por motivos de la pandemia se celebró en la iglesia del colegio La Salle, en Caracas.
Es muy interesante saber que el primer Santo que ha tenido Venezuela fue justamente un hermano de La Salle, que falleció en la época de la Revolución Francesa. Al fallecer como mártir defendiendo su fe, la iglesia lo elevó directamente a la categoría de beato, faltaba un solo milagro para llegar a ser Santo, ese milagro se produjo en Venezuela, en Sabaneta, la zona rural de El Hatillo, estado Miranda.
El milagro fue el de una niña de 5 años mordida por una serpiente bothrops muy venenosa. Sus compañeritos fueron a orar incesantemente en la capilla de la ermita que queda al lado de la casa hogar donde viven, pidiéndole al hermano Salomón que sanara a su hermanita. Milagrosamente se sanó, y en Roma nunca dudaron, ni por un momento, del milagro patente que había ocurrido, por eso, el 16 de octubre del 2016 el hermano Salomón Leclercq fue canonizado en el Vaticano convirtiéndose en el primer Santo de Venezuela.
Ahora tenemos a tres beatas: Madre María de San José, Madre Candelaria de San José y Madre Carmen Rendiles y a nuestro nuevo beato José Gregorio Hernández.
La beatificación de este primer laico venezolano es un auténtico acontecimiento histórico y un motivo de inmensa alegría y esperanza para todos. Su beatificación se realizó en la capilla que generosamente prestaron los hermanos de La Salle, de la misma congregación religiosa que el hermano San Salomón.
Hoy 1ero de mayo también es un día histórico, pues comenzamos el mes dedicado a la Virgen María y se inicia celebrando a San José obrero en el año dedicado a San José.
La celebración de San José obrero fue instituida por el papa Pío XII en el año 1955, y le dio una dimensión cristiana, al destacar que José era uno más del pueblo, que era un trabajador, que entendió de carencias y estrecheces en su familia y las llevó con dignidad, sufrió emigración forzada, conoció el cansancio del cuerpo, sacó adelante su responsabilidad familiar. La verdad es que vivió como vive cualquier trabajador y se le conoció en su tiempo como José el artesano, José el carpintero y a Jesús lo llamaban el hijo del carpintero.
Con esta fiesta, la iglesia quiere destacar la dignidad del trabajo como don de Dios y la dignidad del trabajador como imagen de Dios. Todo esto incluye la doctrina social de la iglesia.
Además, hoy se cumplen 79 años en que los obispos venezolanos en 1942 declararon que la Virgen de Coromoto era la patrona de Venezuela. También hoy, de los cursos que dicta el apostolado mundial de la Virgen de Coromoto, se gradúan 138 nuevos mensajeros coromotanos quienes conformaran casi 400 mensajeros que ya andan por el mundo llevando el mensaje de la Virgen para acercarse a vivir la vida y misión que Dios le tiene preparado a cada uno, conscientes de que con Dios siempre ganamos.
