¿Dónde encontrar amor?, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
En la vida podremos alcanzar todo lo que queremos, ser todo lo que anhelamos convertirnos en el mejor líder en el trabajo, la sociedad, la iglesia, quizá tengamos muchos conocimientos, probablemente proveamos todo lo que necesita nuestra familia diariamente, pero el motor más importante de nuestra vida es el amor.
Todos llevamos muy adentro, en los más hondo de de nuestro ser dos ansias incontenibles, el ansia de amar y de ser el amados, el amor es la energía más potente que existe para crear, construir, actuar y crecer.
En la familia es dónde se crean las estructuras que más adelante van a sostener con mayor o menor fuerza a una persona para enfrentar los retos de la vida, en la familia es donde se hace posible el amor, el amor sin condiciones, los padres que inician la familia con una promesa de amor quieren a sus hijos porque son sus hijos, no por sus cualidades, la familia es un centro de intimidad y de apertura
Amar a la familia es expresarles cariño y afecto, es tenerles amistad y ser amables, es auto educarse para educar, esforzarse para hacerlo mejor y compartir con la familia, es respetar, agradecer, perdonar, guiar, es alegría es vivir en verdad la vida.
Las buenas cualidades, entre ellas el amor que demostramos hacia los demás, es lo que hace que seamos seres humanos, es lo que distingue a una persona de otro ser vivo, vivir con otra persona no es fácil, no solamente desde ahora sino desde siempre, porque pensamos y actuamos diferente, todos tenemos nuestros puntos buenos y malos pero estamos llamados a enfocarnos y mejorar aún más las cosas buenas de cada uno, y ante una situación complicada trabajemos para cuidar y mantener cada uno la situación lo más sano posible, que cada uno pueda decir: Hoy no he causado ningún daño a nadie.
El amor, mucho más que un sentimiento es una decisión de la voluntad, se ama en los momentos buenos y en los momentos malos, amar de verdad es buscar el bien de otra persona aún a pesar de nuestro bien, si amamos con esa capacidad maravillosa de amar que Dios colocó en nuestro corazón, construiremos con nuestro cónyuge, con nuestros hijos, con las personas a nuestro alrededor relaciones significativas, enriquecedoras que producen momentos memorables, alentadores, que hacen que nos sintamos bien y que tengamos ganas de seguir viviendo.
Para revelarnos su paternidad de amor Dios hace que nazcamos del amor de un hombre y una mujer e instituye la familia, ella es el lugar del amor y la vida, es decir, la familia es el lugar donde el amor engendra la vida. Se podrá procrear fuera de la familia, pero solamente en la familia se puede educar y educar para amar solo se puede en el ámbito de la familia.
Lo decía Juan Pablo II, «la familia es la primera y más importante escuela de amor, la grandeza y la responsabilidad de la familia está en ser la primera comunidad de vida y amor, el primer ambiente donde el hombre y la mujer pueden aprender a amar y a sentirse amados, no solamente por otras personas, sino también y ante todo por Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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