Djokovic, sin fisuras y sin rastro de lesión, fulmina a Rublev - 800Noticias
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EFE

El serbio Novak Djokovic fulminó al ruso Andrey Rublev por un severo 6-1, 6-2 y 6-4, en dos horas y tres minutos, en los cuartos de final del Abierto de Australia, una ronda en la que no mostró fisuras ni en su juego ni en su estado físico, aparentemente sin molestias en el muslo izquierdo.

Su rival en semifinales será el estadounidense Tommy Paul, un duelo inédito entre ambos jugadores.

El campeón de 21 títulos ‘major’ alcanza por décima vez las semifinales a orillas del Yarra y se sitúa tercero en este capítulo, en una lista liderada por el suizo Roger Federer, con 15 participaciones en la ronda previa a la final.

El serbio, cuarto de la ATP y posible número uno si gana el torneo, completó en cuartos de final una actuación brillante ante un espeso Rublev, que no fue capaz de cambiar de estrategia para impedir que el balcánico volviera a lucirse en su querida Rod Laver Arena.

Los primeros compases del choque marcaron el guión del resto del partido, después de que el cuarto cabeza de serie del torneo rompiera el servicio de su rival (5º) en su segundo juego al resto. Rublev pasó del 40-15 al punto de ‘break’ , que esta vez Djokovic convirtió.

En 24 minutos de partido el serbio ya tenía el 4-1 en el marcador. En otros 16 hizo una nueva rotura y consolidó para 6-1. En todos los juegos en los que sirvió Rublev, tuvo oportunidad de romper. Djokovick, imperial a lo largo de la primera manga, solo cedió dos bolas de ‘break’, en el séptimo juego.

A pesar de la aparente facilidad que tuvo para superar al moscovita, Djokovic espetó una serie de quejas a su entrenador croata Goran Ivanisevic, que sorprendieron a una grada teñida de banderas serbias y que no daba crédito al enfado del maestro balcánico tras apuntarse la primera manga.

El ruso, que también se desquició ante la impasible mirada de su entrenador, el español Fernando Vicente, tuvo la posibilidad de entrar más en los peloteos durante una segunda manga que se desequilibró con una rotura que significó el 4-2 para el de Belgrado.

No encontró Rublev manera de hacer frente a su rival hasta el final del segundo set, cuando salvó cuatro puntos de set y los cambió por uno de rotura. Pero Djokovic no se inmutó y con su servicio y sus golpes a las esquinas eludió el peligro y tomó una ventaja que parecía definitiva.

El ruso se puso las manos en la cabeza con gesto de abatimiento por la infinita superioridad de Djokovic, que se permitió la licencia de aflojar en ciertos momentos para no comprometer un físico que a punto estuvo de decir basta durante sus choques de segunda y tercera ronda.

Del mismo modo que ocurrió en el set inicial, la tercera manga comenzó con un zarpazo del balcánico en forma de ‘break’ que recordó su condición de mejor restador del circuito.

Una pelota que se estrelló contra la cinta y pasó de lado dio a Djokovic el 4-2. El jugador se santiguó y elevó el índice hacia el cielo: sentía que, además, tenía la suerte de cara. Rublev solo podía resoplar y negar con la cabeza, ante su impotencia.

El agotamiento y la falta de ideas de Rublev contrastaba con la frescura de un Djokovic diez años mayor, que aplicó su inteligencia tenística para cerrar un nuevo encuentro en poco más de dos horas.

Con 5-4 a favor, dos saques directos de Djokovic y un resto de Rublev a la red dieron al serbio tres bolas de partido. Le bastó con la primera, tras el último error del ruso.

El campeón de nueve ediciones del Abierto de Australia cerró el choque con 13 saques directos, 30 golpes ganadores y salvó las cinco pelotas de rotura que ofreció.

“Este es mi segundo mejor partido por detrás del que jugué con Alex De Miñaur», dijo Djokovic tras su victoria. «Tienes que hacer ajustes y adaptarte con este viento», comentó a las condiciones en las que se jugó el encuentro.

«Echo de menos jugar a tenis en los días libres entre partidos, pero es importante asegurar que la pierna esté lista para la competición”, agregó.

“Vamos a dedicarle una sonora ronda de aplausos a Roger. Me gustaría retarle a una carrera esquiando”, dijo al recordar su primera semifinal de Grand Slam ante el suizo Roger Federer.

El balcánico aprovechó su entrevista a ppie de pista con el extenista estadounidense Jim Courier para felicitar el cumpleaños a su madre, lo que llevó a que todo el público le cantara por su aniversario.

Djokovic suma su participación número 44 en unas semifinales de Grand Slam y se queda a dos del propio Federer, que tiene 46.

Igualó con 26 victorias consecutivas al estadounidense Andre Agassi como el jugador de la Era Open con mayor número de partidos ganados seguidos en el Abierto de Australia.

Comenzó esta racha con su victoria sobre el estadounidense Mitchell Krueger en la primera ronda de la edición de 2019.

Su siguiente rival será el estadounidense Tommy Paul, que despertó del sueño a su compatriota de 20 años Ben Shelton.

“Me encantaría afrontar el desafío de enfrentarme a Djokovic en este escenario. Sé que sería más fácil si jugara contra Rublev”, comentó el americano durante la rueda de prensa posterior a su partido de cuartos de final.

El choque entre dos tenistas que nunca se enfrentaron augura un duelo con largos intercambios, consecuencia de la consistencia que ambos han demostrado en sus últimos choques para hacerse un billete para las semifinales del Abierto de Australia.

“Él no tiene mucho que perder. Ha estado jugando muy bien en el último año. Tengo que estar listo mentalmente. Si juego así tendré muchas oportunidades de pasar”, dijo el serbio sobre su siguiente partido ante Paul.

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