Día Internacional de la Mujer, por María García de Fleury
Por: María García de Fleury
El Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, es un día en que se reconoce a todas las mujeres, no importa si están divididas por fronteras, países, diferencias étnicas, culturales, económicas, políticas, lo importante es celebrar la lucha por mas de de 90 años en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo, desde el punto de vista puramente biológico la mujer es la persona de sexo femenino definido a partir de la presencia de dos cromosomas X en las células somáticas.
La dignidad de la mujer y su vocación es y ha sido objeto constante de la reflexión humana y cristiana, actualmente la mujer adquirido en el mundo un peso y un poder jamás alcanzado hasta ahora, por eso en este mundo en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del Espíritu del Evangelio pueden ayudar inmensamente en que la humanidad no decaiga.
El Papa Pablo VI decía que en el cristianismo más que cualquier otra religión, la mujer tiene desde los orígenes un estatuto especial de dignidad del cual el Nuevo Testamento da testimonio en muchos importante aspectos, es evidente que la mujer está llamada a formar parte de la estructura viva y operante del cristianismo de un modo tan prominente que hace falta que pongamos en evidencia todas sus virtualidades.
Se necesita tratar de comprender amigos, la razón y la consecuencia de la decisión del Creador que hizo que el ser humano pueda existir sólo como mujer o como varón desde el principio bíblico, creo pues Dios al ser humano, a imagen suya lo creo, a imagen de Dios lo creo, macho y hembra los creo, está en el primer capítulo del Génesis versículo 27.
Partiendo de estos fundamentos se descubre la profundidad de la dignidad y la vocación de la mujer, la verdad antropológica de que Dios creó al ser humano a imagen suya como macho y hembra y les dijo «sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sometan», indica que el ser humano corona toda la obra de la creación , ambos tienen el mismo grado, tanto el hombre como la mujer porque ambos fueron creados a imagen de Dios.
Esta imagen y semejanza con Dios esencial al ser humano, es transmitida a sus descendiente por el hombre y la mujer, «Como esposos y padres crezcan y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla», el creador confía el dominio de la tierra a hombres y a mujeres que reciben su dignidad y vocación de ese principio común, el nacimiento del Hijo de Dios, del Salvador del mundo como hombre nacido de mujer constituye el punto culminante y definitivo de la autorrevelación de Dios a la humanidad; fue en la Anunciación de Nazaret donde Dios salió al encuentro de las inquietudes del corazón del hombre, aquí no se trata solamente de palabras reveladas por Dios a través de los profetas sino que con la respuesta de la Virgen María realmente el Verbo se hizo carne.
Hoy Día Internacional de la Mujer, celebramos que la plenitud de los tiempos manifiesta la dignidad extraordinaria de la mujer, porque así lo decidió Dios y con Dios ¡siempre ganamos!
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