Día de San Valentín, por María García de Fleury
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Cada 14 de febrero se celebra en varios países del mundo con gran entusiasmo y alegría el día de san Valentín, un día muy especial para muchos donde se resalta la importancia del amor.
San Valentín nació en Interama, Terni a unos 100 kilómetros al norte de Roma cerca del año 175, fue ordenado sacerdote y consagrado obispo de Interamna por el papa Víctor I en el año 197, es decir, san Valentín ejerció su sacerdocio en la Roma del siglo III cuando el cristianismo comenzaba a extenderse. Acompañaba espiritualmente a los cristianos que habían caído preso en las persecuciones contra los practicantes de la fe católica y los ayudaba prepararse para el martirio y la muerte. Valentín era famoso por su evangelización, sus milagros y sus curaciones.
En ese momento gobernaba el emperador Claudio II, quien promulgó una ley por la cual prohibía casarse a los jóvenes para que pudieran alistarse en el ejército; al no estar de acuerdo con esa ley, el padre Valentín decidió desafiar la prohibición del emperador y empezó a celebrar matrimonios en secreto entre los jóvenes enamorados, además de lograr que muchos se convirtieron al cristianismo y asistir a los presos antes de ser torturados y ejecutados. Lo descubrieron, Valentín fue arrestado y confinado en una mazmorra.
El oficial encargado de su custodia le retó a devolverle la vista a su hija Julia que había nacido ciega y el sacerdote Valentín acepto el reto y en nombre de Dios le devolvió la vista a la joven con lo cual logró que el oficial y toda su familia se convirtieran al cristianismo, pero a pesar del milagro Valentín siguió preso y el 14 de febrero del año 269 fue lapidado y decapitado.
Julia agradecida plantó un almendro que dio hermosas flores rosadas junto a la tumba de quien le devolvió la vista y de ahí es simbolismo del árbol de almendro para expresar el amor y la amistad duraderos.
San Valentín ofreció su vida para validar el sacramento del amor. Hagamos un alto hoy para elevar una oración por nuestros matrimonios y pedir por el renacer de este sacramento en el mundo.
El amor es el motor que impulsa la unión del hombre y la mujer en el matrimonio, y por eso al nacimiento de una familia, es la voluntad, el mutuo consentimiento del varón y la mujer sobre los que se funda el matrimonio. El amor es buscar el bien del otro precisamente en cuanto al otro, no por mí, sino desde mí para el otro.
Es un denominador común para distintas corrientes de psicología, cómo la psicología positiva así como estudios de prestigiosas universidades que anotan los avances cada vez más impresionantes de la neurociencia y dicen que las personas más felices no son las que tienen más dinero o éxito profesional sino los que tienen lazos de amistad profunda, familias bien constituidas, los que saben dar amor, buscando el bien del otro y lo que se saben amados.
Todos llevamos muy adentro en lo más hondo de nuestro ser dos ansias incontenibles, el ansia de amar y de ser amados. El amor mucho más que un sentimiento es una decisión de la voluntad, se ama en los momentos buenos y en los momentos malos, somos amor porque Dios que es amor nos ha hecho semejantes a él y con Dios siempre ganamos.
