Día de San Juan Bautista: Repique de tambor, baile y fe
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El 24 de junio diversas regiones de Venezuela amanecen al repique de tambores y bajo el coro unísono de la frase ¡San Juan todo lo tiene…San Juan todo lo da! , dando inicio a una de las festividades religiosas más celebradas en el país.
El día de hoy y tomando en cuenta la pandemia que se vive, con medidad de bioseguridad las calles se engalanan de rojo y blanco para homenajear a San Juan Bautista, fiesta famosa por su alegría, jolgorio, colorido y magia que encanta a los presentes con el contagioso sonar de tambores, enalteciendo las raíces afrodescendientes que corren por las venas de los venezolanos.
Una gran cantidad de devotos esperan con fe y devoción la celebración de esta fiesta que representa el nacimiento de San Juan y ovacionarlo por todo lo alto, a través de la realización de diferentes actos religiosos y culturales durante la medianoche, el amanecer y la noche de la celebración.
Para la iglesia católica la festividad de San Juan Bautista es la más antigua de un Santo en la Iglesia, que se celebra ya desde el siglo IV. Se dice que desde el día de su nacimiento se encuentra involucrada la fe y el misticismo, ya que su madre Isabel era estéril y de una edad avanzada, lo que supuso que su alumbramiento lo hayan catalogado como un milagro.
Además su vida estuvo sumada a grandes hechos de fe que lo hicieron un hombre sencillo, con una alta espiritualidad y un carácter desprendido, siempre dispuesto a ceder ante pobres, débiles y desprotegidos, fue lo que permitió que una de las más antiguas festividades.
Venezuela lo celebra
Carmen Elena Alemán, autora del libro “Corpus Christi y San Juan Bautista. Dos manifestaciones rituales en la comunidad afrovenezolana de Chuao”, describe que el inicio de las fiestas de San Juan en Venezuela se realizó principalmente en las zonas donde se encontraban las haciendas cacaoteras, donde el 24 de junio los hacendados permitían a los negros esclavos descansar de sus agotadoras labores diarias “aprovechaban la oportunidad para celebrar el solsticio de verano, época en que tradicionalmente se obtenían las mejores cosechas y en la cual tenían la excusa perfecta para revivir sus rituales ancestrales”.
La iglesia católica exigió a los esclavos el culto de San Juan Bautista y éstos terminaron realizando una fusión, poniéndole sus tradiciones como los tambores, danzas y la creencia en los elementos como el fuego y el agua.
Con información de AVN