Del rechazo al aprecio, historias de quienes vencieron la COVID-19 - 800Noticias
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EFE

El plasma sanguíneo de los que se recuperaron del COVID-19 ha hecho que estas personas pasen del rechazo a la aceptación en Bolivia, al tratarse de un recurso que puede salvarle la vida a quien ha caído en un estado crítico de este mal.

Se necesita «con urgencia sangre del tipo AB+», decía una publicación que circuló por redes sociales hace poco para salvar la vida de un reconocido periodista en Santa Cruz, la ciudad más afectada en Bolivia por la enfermedad, que ha provocado 280 muertos y 7.768 contagiados en todo el país.

EL VALOR DE LOS QUE SE RECUPERARON

La historia de Teófilo, trabajador de una empresa que lleva alimentos del oriente al occidente del país, es una muestra del valor de la solidaridad de los que vencieron la enfermedad, que los coloca sobre los que se les han manifestado en contra.

Este hombre de 45 años llegó hace más de una semana del interior del país hasta La Paz con el encargo de entregar alimentos de su empresa, algo que está permitido en la cuarentena.

La noche de su llegada comenzó a sentir escalofríos, mientras que al día siguiente amaneció con un intenso dolor en el pecho, mencionó.

«No podía respirar, daba tres pasos y no podía respirar», dijo a Efe, mientras permanece en recuperación y muestra todavía cierta agitación al hablar.

Apenas recuerda que su hermano lo llevó a varios hospitales hasta que lo aceptaron en uno, inclusive se le ha borrado de la memoria lo que el médico le hablaba antes de que lo internen en cuidados intensivos.

«Perdí el conocimiento porque yo no daba ya, estaba con oxígeno, pero igual seguía faltándome el aire», recordó.

También refirió que «durmió» varios días, sin recordar exactamente cuántos, hasta que despertó ya sin tubos en la boca y sin conexión a un respirador.

Se enteró que le habían puesto plasma y que gracias a esa sustancia llena de defensas, de otros que vencieron la enfermedad, pudo esquivar la muerte.

UN RECURSO PARA SALVAR VIDAS

La donación de sangre de pacientes que han vencido la enfermedad se ha convertido en uno de los recursos más preciados para salvar a quienes han contraído la enfermedad y están en estado crítico, aunque está sujeta a protocolos médicos.

Consiste en «una inmunidad pasiva que les va a ayudar a disminuir la respuesta inflamatoria del organismo, a disminuir la adhesión del virus hacia las células», explicó a Efe la especialista en hematología Libertad García, del hospital municipal La Portada de La Paz.

La experta detalló que la aplicación de plasma «va a ayudar al paciente que ahora está convaleciente a enfrentar la enfermedad».

García recordó el caso de un paciente atendido hace unas dos semanas y que presentó una recuperación notable a las 48 horas de haber ingresado para directamente conectarlo a una máquina de respiración.

Esto ha llevado a que en varias de regiones del país se hagan campañas por redes sociales para que los que vencieron la enfermedad puedan hacer donaciones sanguíneas.

EL MENOSPRECIO DE LOS ENFERMOS

La enfermedad, que se detectó en Bolivia a principios de marzo pasado, formó una combinación letal cuando se juntó con la desesperación y la falta de información de la población sobre cómo enfrentarla.

En marzo, comunarios de un pueblo de Santa Cruz presionaron a las autoridades de sanidad para que la considerada primera persona infectada del país fuera atendida en otro sitio.

Ese mismo mes un senador propuso encarcelar a quienes lleguen a Bolivia con la enfermedad y sean causantes de contagios, entendiendo que lo hacían intencionalmente.

En La Paz, una protesta cercana a un hospital amenazó con quemar el centro de salud si es que recibía a enfermos con la COVID-19, bajo el argumento de que sería un foco de transmisión de la enfermedad.

Esas posiciones radicales se han matizado en cierto modo al saberse que quienes superan la enfermedad pueden ser determinantes para salvar a los que padecen síntomas graves.

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