Vivimos en un mundo roto, donde desgraciadamente no respetamos la vida en general. Lo vemos en el deterioro del medio ambiente, la crisis ecológica, la desaparición de especies animales y vegetales.
Nuestras sociedades en el siglo XXI están llenas de tensión, de violencia, le falta una gran dosis de serenidad, equilibrio y humanidad. El respeto y la defensa de la dignidad, así como el valor de la vida, son las condiciones esenciales para poder vivir con justicia y paz.
La ciencia más avanzada cuando habla de sus investigaciones y avances, en materia de conocimiento de la biología molecular del embrión y del feto, explican con claridad que desde el momento de la concepción, existe una vida nueva, distinta de la de la madre, y que aunque depende de ella para crecer y desarrollarse merece el respeto y la protección que se le da a todos lo seres humanos.
Defender el valor y la dignidad de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte, es un tema de derechos humanos, no es asunto de preferencia personal o elección privada.