Dedicación del Santuario Votivo de Nuestra Señora de Coromoto
Por: María García de Fleury
La madre de Dios apareció en Venezuela en el estado Portuguesa, en el lugar conocido como Guanare, en 1651 y en 1652. El 8 de septiembre de 1652 se presentó la madre de Dios con su hijo Jesús en brazos en la puerta de la choza el cacique Coromoto y frente a la furia de este que la expulsó de su casa e incluso trató de acabar con ella, ella en su comprensión y bondad siguió entrando en la casa y finalmente se quedó en la mano del cacique en forma de ovalo del tamaño de una huella dactilar como presencia viva. Esa presencia viva se quedó en Venezuela.
Acercándose a la fecha de los 300 años de la aparición de Nuestra Señora de Coromoto se estableció una junta especial para realizar una serie de celebraciones y se abrió un concurso entre arquitectos e ingenieros, con el fin de elaborar el proyecto del Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto en el mismo lugar donde se encontraba el bohío cuando la madre de Dios se quedó en la mano del cacique.
Se dieron especificaciones generales acerca de cómo debería ser el santuario y entre ellas se dijo que debía ser moderno, sencillo, con una serie de condiciones de arte e inspiración religiosa.
Entre los 9 planos presentados se eligió el proyecto de construcción que elaboraron el arquitecto español Juan Capdevila y el venezolano Erasmo Calvani.
En el año 1975, monseñor Ángel Polachini que era el obispo de Guanare, invito a la congregación de las siervas del santísimo sacramento para que fundaran una casa de retiro, llamada nuestra señora de Coromoto.
En 1976, junto con monseñor Alfonso Vaz las hermanas de la Congregación de las Siervas del Santísimo junto a una serie de personalidades fundaron una Asociación Civil sin fines de lucro llamado Venezuela a la Virgen de Coromoto; para levantar fondos económicos realizaron una campaña llamada el bolívar coromotano, donde se decía que si cada uno de los 26 millones de habitantes daban un bolívar se podría financiar la construcción del templo y era verdad porque eso era lo que costaba en aquel momento.
La construcción que arrancó en 1982 tardó 14 años por distintas razones y fue el domingo 7 de enero de 1996 cuando se llevó a cabo la solemnísima dedicación del Santuario Votivo de la Virgen de Coromoto, presidida por el monseñor Nuncio apostólico Quillici, el presidente de la Conferencia Episcopal de aquel momento que era monseñor Ramón Ovidio Pérez Morales y todos los obispos de Venezuela.
Se llama entonces templo Votivo porque desde sus inicios fue construido por los votos, las promesas de las personas devotas a la Virgen de Coromoto. Hoy damos gracias a todos quienes trabajaron en la elaboración y construcción de este santuario que es honra para todos los venezolanos y le pedimos a Dios y a Nuestra Señora de Coromoto que la difusión de su mensaje se haga cada día más presente entre los habitantes de Venezuela, como decía monseñor Alfonso Vaz a un grupo de laicos “ya tenemos el templo físico, ahora les toca a ustedes construir el templo espiritual porque la madre de Dios se apareció a laico con un mensaje de familia de pertenecer a la iglesia y unión entre todos porque esta es la forma en que Dios quiere que vivamos y con Dios ¡siempre ganamos!