De Tucupido a la Catedral de Guanare el 1 febrero 1654, por María García de Fleury
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Cuando apareció la virgen en el bohío del cacique Coromoto y se quedó en la mano de él, su sobrino se lo mostró a Juan Sánchez y éste se lo llevó a las autoridades civiles y eclesiásticas pero no les pusieron interés; Juan Sánchez la llevó entonces a su casa y allí la pusieron para que fuera venerada pero ante el número tan grande de fieles que acudían, construyó un bohío para que todos pudieran pasar a venerarla.
Viendo la cantidad de fieles que se acercaban a pedirle a la imagen tan pequeñita de la virgen de Coromoto y la cantidad de favores y milagros que ella otorgaba las autoridades eclesiásticas en la persona del vicario don Diego Lozano, sacerdote de la villa del Espíritu Santo de san Juan de Guana Guanare, le pidieron a Juan Sánchez que trasladará la imagen a la catedral de Guanare dado que allí se preservaría mucho mejor y todos los fieles tendrían las puertas abiertas para visitarla cuando quisieran.
Juan Sánchez junto con don Diego Lozano escogieron la fecha del 02 de febrero para instalarla en la catedral, dado que el día de la virgen de la Candelaria que es la patrona de las islas Canarias y la mayoría de los españoles del lugar provenía de allí.
Además ese día la iglesia universal celebra la purificación de la virgen María y la presentación del niño en el templo. Tengamos presente que la imagen de la virgen tiene el niño de Jesús en el frente, presentándosela a todos.
Para que entrara el día 02 de febrero se dispuso trasladarla en la en la víspera, así el 01 de febrero de 1654 salió la procesión a pie con gran devoción desde la población de Tucupido hasta Guanare la capital del estado Portuguesa en Venezuela.
Un recorrido de unos 25 kilómetros, todos los participantes iban elegantemente vestidos. En la mañana del 02 de febrero en una ceremonia llena de majestuosidad y emotividad un gran grupo de indios cospes y de españoles entraron a la catedral de Guanare hacer entrega formal de la imagen de la virgen dejada en manos del cacique Coromoto y a la que todos ahora llamaban virgen de Coromoto.
Don Diego Lozano presidió una misa muy solemne y el relicario con la imagen fue colocado con gran solemnidad en otro relicario donde estuvo hasta 1987, cuando fue incrustada en el pedestal de la imagen de madera qué está hoy en día en el templo del santuario nacional nuestra señora de Coromoto.
Para que los indios tuvieran un recuerdo de la imagen, Juan Sánchez la mandó a pintar como copia de la verdadera efigie y se las entregó. A partir de ese trasladó se comenzaron a fomentar las peregrinaciones, la devoción comenzó a crecer y así se inició la devoción formal a la virgen de Coromoto en toda Venezuela.
Este pueblo donde vivían los indios se convirtió en la primera misión de indios en Venezuela, bajo la protección de María Santísima nuestra señora de Coromoto; los indios que ahora los llamaban los Coromoto continuaron allí su formación religiosa frecuentaban los sacramentos y en ellos crecía la devoción a la madre santísima de Dios, todo en paz y tranquilidad porque estaban con Dios y con Dios siempre ganamos.