De qué depende que un posparto sea mejor o peor
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Es difícil decir exactamente cuánto dura el posparto. Son muchos los factores que inciden en ese momento. Cada mujer necesita un tiempo distinto. Puede ser que físicamente se recupere rápidamente, o bien al revés, que haya secuelas que precisen atención o, que por el contrario, molesten durante un tiempo.
«Además, la adaptación a la nueva situación, el establecimiento de la lactancia, la relación de pareja si es que la hay, las relaciones sexuales, entre otros aspectos. Es la misma mujer quien tiene que ver cuánto dura su posparto, y es posible que se acerque más a las 500 noches que a los 40 días», defiende en una entrevista con Infosalus la matrona Laia Aguilar, consultora experta en lactancia IBCLC y directora de LactApp Medical.
Precisamente acaba de publicar ‘Conoce tu posparto. 40 días y 500 noches’ (Grijalbo), un manual en el que explica que el posparto es el periodo de adaptación de la madre al nacimiento de un hijo a diferentes niveles: físico, emocional y social.
«Las definiciones clásicas de posparto nos hablan de que es el tiempo que se necesita para llegar a un estado similar al de antes del embarazo. Contemplan que se va a tardar más o menos 40 días en llegar a él. Pero en la mayoría de los casos, con solo las 6 primeras semanas no es tiempo suficiente para adaptarnos a la nueva situación y la meta no es estar igual que antes del embarazo. La maternidad suele transformar, no se vuelve al mismo punto que se estaba antes», advierte esta experta.
Se trata, además, según recuerda, de una etapa en la que muchas mujeres explican que sienten soledad y cansancio, en la que pasan cosas que nadie les había explicado, que sienten que deberían haber sabido mucho más y que no tienen herramientas para ello. «Aparecen muchas emociones y sentimientos contrapuestos: alegría, culpabilidad, amor, desbordamiento, o muchísima responsabilidad, por ejemplo», apostilla Aguilar.
Sobre el tema de la recuperación cree igualmente que es importante hablar del suelo pélvico: «Tenemos normalizado la incontinencia urinaria o fecal después del parto, así como el dolor en las relaciones sexuales, si es que a la madre le apetece tenerlas. En la mayoría de las ocasiones con un tratamiento fisioterapéutico adecuado estas situaciones se pueden resolver».
CÓMO HA SIDO EL NACIMIENTO, CLAVE
Entonces, ¿de qué depende el que un posparto sea mejor o peor para una madre? Esta matrona ve claro que la vivencia va a depender de cómo haya sido el nacimiento del bebé: «Si la madre se ha sentido bien, si se han producido secuelas físicas o no. Cómo se encuentra la madre tiene una implicación directa en cómo vive su parto».
Señala en este sentido esta matrona que un parto o una cesárea donde a la madre se le han respetado sus decisiones, donde se le ha explicado la necesidad de realizar ciertas intervenciones y ella ha podido escoger, puede ser empoderador, algo que también ayuda a que el posparto también se viva así.
«Un parto o cesárea en el que la madre no es respetada puede tener consecuencias funestas en la vivencia del posparto. Es por esto fundamental erradicar toda violencia obstétrica de la atención a la gestación, al embarazo, y al posparto», agrega.
Laia Aguilar sostiene igualmente que el establecimiento de la lactancia también puede ser un momento complejo. «Por eso, tener información de la gestación, del parto, del posparto y de la lactancia, de la fisiología, y sobre las alternativas que hay es fundamental. Que se esté acompañada por profesionales expertos que respeten las opciones de la madre también es muy importante y el apoyo de la pareja, o de las personas más allegadas es imprescindible», agrega.
¿POR QUÉ SE HABLA TANTO DEL EMBARAZO Y POCO DEL POSPARTO?
Por otro lado, preguntamos a esta matrona porque siempre se habla tanto del embarazo y en cambio, tan poco del posparto y considera que una vez que nace el bebé parece que ya es todo fácil, cuando precisamente «es todo lo contrario».
«Tenemos muy poca información y formación sobre los procesos fisiológicos de las mujeres. Cuando una amiga o una hermana tiene un bebé, la vamos a ver al hospital o estamos un ratito en su casa, pero pocas veces convivimos con ella. Las redes sociales pueden ser un gran aliado o al revés, pueden perpetuar la imagen irreal del posparto, cuando se presentan madres totalmente recuperadas a los pocos días del nacimiento, que parece que lo tienen todo controlado, cuando lo habitual es la sensación de descontrol», advierte esta especialista.
De repente dice que se pasa de poner todo el foco en la embarazada a dejar a la mujer en un segundo plano y fijarnos solo en el bebé. «Y ella también necesita ser cuidada ya que además de que se está recuperando, está cuidando a un recién nacido, cosa que precisa de mucha energía», sostiene.
CÓMO SE PUEDE CUIDAR A UNA MUJER EN EL POSPARTO
Con ello, Laia Aguilar remarca que, a la hora de ayudar y de cuidar a una mujer que acaba de dar a luz se puede empezar de una forma «muy sencilla»: preguntándole qué necesita, en qué la podemos ayudar, qué quiere ella.
«Y estar abiertos a lo que nos diga. Seguramente va a necesitar apoyo y comprensión, que la escuchemos. Y todas aquellas otras cosas que no es imprescindible que las haga ella: que haya comida, que si hay otros hijos estén bien atendidos, que la casa funcione sin que ella tenga que estar pendiente. En resumen, que la cuidemos sin infantilizarla. Ella decide», subraya la matrona.
Para las madres recomienda ser consciente de que el posparto es una etapa compleja, por lo que aconseja ponerse objetivos pequeños: descansar, alimentarse y poderse centrar en el bebé puede ayudar a pasarlo mejor.
«CADA DÍA SERÁ DISTINTO»
«Comprender que es una etapa que va a cambiar al poco tiempo. Cada día será distinto, el bebé va a crecer rápidamente. Aún así, la sensación de estar dentro de un túnel puede durar varias semanas, incluso algún mes. No nacemos aprendidas. Saber cuidar, conocer a nuestro bebé puede demorarse un tiempo. Poco a poco las cosas se van a poner en su sitio», afirma esta experta en lactancia.
Con ello, insiste en la necesidad de pedir ayuda, aunque cueste hacerlo. «En nuestra sociedad pedir ayuda para criar a un bebé tiene connotaciones de incapacidad. Y esto es irreal. Para criar a un bebé se necesita comunidad. Siempre ha sido así. Aquí la red de madres tiene un valor incalculable. Busca apoyo en un grupo de posparto, o si das el pecho en un grupo de lactancia. Son sitios seguros, donde se puede encontrar familias en el mismo momento que se dan apoyo mutuamente», añade.
Y por último pide hablar de la salud mental ya que, según apunta, más o menos un 15% de las mujeres tienen una depresión posparto, a la vez que avisa de que esta está infradiagnosticada. «Si la salud mental se considera un tabú habitualmente, en el posparto aún lo es más. ¿Cómo puede ser que estés triste, desesperanzada, si tienes un bebé precioso? La depresión posparto existe y también se puede tratar. Si sientes que puedes estar pasando por una, no dudes en pedir ayuda a una profesional especializada», sentencia Laia Aguilar.
Con información de Infosalus