Cuidado: los parásitos en los niños son más que el dolor de barriga
El Tiempo de Colombia
Deficiente higiene, agua contaminada y mala manipulación de alimentos, como las verduras y las frutas, son las causas más frecuentes de parásitos en los niños, una circunstancia que de no ser tratada adecuadamente, puede ocasionar enfermedades y hasta la muerte en pequeños menores de cinco años.
Las cifras son contundentes. De acuerdo con un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi un 30 por ciento de todas las muertes por enfermedades de transmisión alimentaria se producen en el periodo de la primera infancia, una conclusión que sale del documento: ‘Estimación de la carga mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria’.
Y aunque pueden aparecer en cualquier momento de la vida, la Asociación Española de Pediatría indica que el mayor número de casos de enfermedades intestinales se centra en niños desde la edad preescolar hasta los 14 años, e impacta del 40 al 50 por ciento de los escolares.
De acuerdo con la pediatra Aura Sofía Rico, síntomas como el dolor abdominal o de cabeza, el vómito repentino, la pérdida o disminución del apetito y, en ocasiones, el desgano o los cambios de temperamento en el niño podrían ser indicadores de que se está presentando este problema.
Como explican los especialistas, después de entrar al organismo, los huevos atraviesan el sistema digestivo y llegan al intestino delgado, desde donde las larvas de las lombrices avanzan hasta alcanzar el intestino grueso. Posteriormente, y a unas pocas semanas, las hembras lombrices se desplazan al ano y salen del cuerpo, generalmente por la noche, para poner sus huevecillos, que pueden ser más de 10.000.
A lo anterior, la doctora Eugenia Fernández-Goula, especialista en pediatría, añade que los parásitos como las lombrices cuando depositan sus huevos, producen una rasquiña anormal en la cola, provocando en el niño un estado de irritabilidad y nerviosismo, causándole, entre otros malestares, un sueño intranquilo y hasta pesadillas.
Sin embargo, para estar seguros de que hay infección, hay que consultar con el pediatra, quien ordenará al niño un examen clínico completo que incluye el análisis en laboratorio de una muestra de materia fecal con el fin de confirmar la presencia de parásitos y su tipo.
Si la respuesta es positiva, seguramente le ordenará un antiparasitario de acuerdo con la clase de microorganismo detectado, y le indicará las dosis adecuadas para la edad, el peso y la talla del pequeño. Por ello, nunca automedique al niño con purgantes ni pruebe con remedios caseros, ya que esto puede empeorar la situación y generarle más malestares y riesgos para su salud