¿Cuál fue el primer animal que tuvo pelo?

La importancia del cabello en la evolución, incluyendo en los humanos, ha sido un misterio hasta ahora. Un reciente estudio publicado en la revista Nature Communications ha arrojado luz sobre esta cuestión, revelando datos sorprendentes sobre su origen en las ranas.

Origen Evolutivo del Cabello y las Uñas

Hace millones de años, los animales acuáticos comenzaron a habitar la tierra, desarrollando apéndices de piel dura como garras, escamas, plumas y pelos. Investigadores de la Universidad Médica de Viena y la Universidad de Gante emplearon la rana tropical con garras (Xenopus tropicalis) para estudiar la evolución de estos apéndices, descubriendo sorprendentes similitudes entre las garras de estas ranas y el cabello humano.

«Las garras de la rana están compuestas de queratinas, similares a los componentes del cabello y las uñas en los mamíferos», explican los investigadores. Anteriormente se pensaba que las garras de ranas y mamíferos evolucionaron independientemente, pero este estudio muestra que comparten similitudes genéticas en la producción de queratina, sugiriendo un ancestro común.

El Gen Hoxc13 y su Rol en la Evolución

El gen regulador Hoxc13, crucial para el crecimiento del cabello y las uñas, también está presente en ranas. «Bloqueamos la formación de garras en ranas desactivando este gen, lo que indica que el programa genético para desarrollar garras queratinizadas se originó en un ancestro común», señala Leopold Eckhart del Departamento de Dermatología de MedUni Viena. Durante la evolución de los mamíferos, este programa se modificó para desarrollar pelo.

Adaptaciones Evolutivas Clave

La transición de los vertebrados del agua a la tierra requirió adaptaciones anatómicas y fisiológicas profundas, incluyendo el desarrollo de una barrera cutánea para evitar la pérdida de agua. Además, apéndices cutáneos queratinizados como garras y escamas jugaron roles cruciales en la locomoción, protección y caza, mientras que las plumas fueron esenciales para el vuelo y el aislamiento térmico. El cabello, por su parte, ayuda a regular la temperatura y ofrece camuflaje y señales.

Implicaciones del Estudio

Este proyecto, financiado por el Fondo Austriaco para la Ciencia (FWF), no solo esclarece las interacciones genéticas y ambientales que impulsaron estas innovaciones evolutivas, sino que también tiene implicaciones prácticas en medicina y biotecnología, especialmente en el tratamiento de trastornos de la piel y la caída del cabello en humanos.

El estudio representa un avance significativo en la comprensión de la evolución de apéndices cutáneos, destacando cómo estas adaptaciones permitieron a los vertebrados prosperar en ambientes terrestres y marcando un hito en la saga evolutiva.

Con información de Muy Interesante

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